Ciudad Colonial: Remodelación en Crisis

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Narciso Isa Conde
Narciso Isa Conde

Por Narciso Isa Conde

Vuelvo a escribir sobre la potencialmente hermosa Ciudad Colonial donde habito, sometida desde hace un año a un plan de remodelación tutelado por el Ministerio de Turismo y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo-BID.

  • Lentitud, quiebras e indiferencia oficial.

La lentitud del proceso no es solo tediosa y agobiante, sino altamente perjudicial para la parte del pueblo que reside en esta zona y –sobretodo para los dueños de pequeños y medianos comercios, talleres y empresas. Los plazos prometidos se los lleva el viento.

Quiebras a granel sin compensaciones.

Enormes complicaciones para el tránsito vehicular y peatonal, y para el aparcamiento; agravadas por la mala –o la falta de- señalización provisional y por la carencia de un personal destinado a orientar.

La delincuencia crece.

La Alcaldía no se siente y las tantas policías existentes (turística, municipal, nacional, comunitaria, científica…) no se sabe lo que hacen.

Puerta de El Conde
Puerta de El Conde

Al Patronato de la Ciudad Colonial (con el Cardenal a la cabeza), a Patrimonio Cultural, a la Comisión de Monumentos Históricos… no les importa lo que acontece. Turismo lleva la batuta con su especial concepción de crear a futuro –y sin prisa- una vitrina para extranjeros y un gran negocio para los Vicini y corporaciones parecidas; sin pensar en los seres humanos que vivimos o trabajamos aquí, ni en los dominicanos/as que aprecian este tesoro cultural, lo visitan o lo quieren visitar, para recrearse sin hacer grandes gastos.

  • Ineficiencias y chapucerías.

Disponen de 30 millones de dólares para la PRIMERA ETAPA DEL PROYECTO, que no se sienten ni en la calidad de los diseños, ni en la celeridad de los trabajos, ni  la en la consistencia de los insumos y de sus suplidores, ni en la eficiencia de las empresas contratistas.

Los pilotillos de cementos, y luego los de metal con que reemplazaron una parte de los derribados, además de feos los dos, son de mala calidad, están mal implantados y mal ubicados; convirtiéndose en blancos fáciles de cualquier maniobra vehicular. Una estafa.

Las tapas de los registros no son resistentes al peso de los vehículos de carga, que se encargan de romperlas cotidianamente. Otra estafa.

La disposición de los pilotillos que separan el área adoquinada (gris) del estrecho paso vehicular, de las amplias aceras de mosaicos de coralina, no impide la entrada de vehículos pequeños de cuatro ruedas al paseo peatonal ni tampoco el parqueo de los mismos en muchos lugares de la cuadra; ni hablar de la circulación de motocicletas de todos los calibres y a todas las velocidades, incluidos los temibles “delivery” de los “colmados” y “colmadotes” que tanto abundan.

Los pilotillos se prestan a ser usados como asientos individuales al borde del paso de carros, camionetas, pipetas y “motores”; o como mesitas para poner botellas y vasos.

Alarma observar como la mala planificación determina el mal uso de las vías adoquinadas para el paso de camiones de carga pesada pertenecientes a las propias empresas contratistas, que dañan las calles recién terminadas

  • Un diseño fatal.

Lo peor de todo, lo más anti-estético, absurdo y peligroso, es el diseño en su conjunto, -supuestamente a cargo de una famosa arquitecta española (nueva vez el desprecio por el talento criollo)- que evidentemente desconoce la idiosincrasia nacional y no supo adaptar sus concepciones y experiencias forjadas en Europa Occidental con nuestra realidad y nuestras necesidades.

Las aceras y las calles al mismo nivel, sin clara delimitación de áreas y usos, diferenciadas solo por los materiales con que fueron construidos (adoquines y mosaicos de coralina) y por los espaciados pilotillo ya descritos.

La calle estrechita, sin posibilidad de rebase, y las dos aceras anchotas y tentadoras para la penetración vehicular; con obstáculos vulnerables en muchas puntos, constante e indebidamente usadas para el aparcamiento de vehículos de cuatro ruedas y con características de vía franca de motoristas desaprensivos; sin áreas delimitadas para descargar mercancías, lo que lleva a los camiones comerciales a obstruir periódicamente el paso de otros automóviles.

Un diseño propio –si le quitan los pilotillos- para calle peatonal, destinado al paso de vehículos motorizados de todos los calibres y también de personas. Un diseño que ha sido concebido para combinar dos funciones que se tornan contradictoria en esos espacios con esas difusas delimitaciones.

Difusas sobre todos para niños/as y con altos riegos para los seres humanos que habitamos en esta zona o que caminamos por sus aceras como moradores/as o como visitantes, especialmente para infantes y ancianos/as; más cuando la obra no está concebida para obligar a reducir velocidad en un país con fuerte cultura vehicular homicida y suicida.

Resalta también el exceso de cemento y la falta de árboles y áreas verdes, que ofenden la vista y agreden la piel; mientras la hilera de pilotillos ofende la belleza de la arquitectura colonial, al tiempo que perduran, sin plazos definidos para su reemplazo, las descompuestas hileras de los viejos postes del tendido eléctrico y las horribles maraña de alambres, incluso en áreas terminadas con las tuberías ya soterradas.

Resalta la ausencia y el desprecio por el necesario rescate del heroísmo histórico que encierra esta parte de la Capital dominicana.

  • Alerta dos.

Hay razones, pues, para preocuparse y para exigir los cambios posibles que erradiquen y/o minimicen peligros, feuras, incomodidades, absurdos y pérfidos olvidos. Urge tener en cuenta la opinión de todos/as los que estamos afectados por tantos desatinos.

Esta es mi segunda alerta pública y le agrego un llamado a los/as vecinos/as de la zona para que volvamos a la carga, dispuestos/as a cambiar este curso fallido, banal y riesgoso de esta remodelación manipulada –y posiblemente contaminada de corrupción- de nuestra querida Ciudad Colonial; rescatando su real belleza y su extraordinario valor histórico, remoto y reciente: rebeldías indígenas, negra, mulata independentista, restauradora y abrileña-constitucionalista.

22.-08-2014, Santo Domingo, RD.