Exilio cubano critica medidas de Obama

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Los activistas anticastristas cantan eslogans en contra del presidente estadounidense Barack Obama en el área de la Pequeña Habana en Miami, el miércoles 17 de diciembre de 2014.
Los activistas anticastristas cantan eslogans en contra del presidente estadounidense Barack Obama en el área de la Pequeña Habana en Miami, el miércoles 17 de diciembre de 2014.

MIAMI— Algunos exiliados cubanos de Miami estaban frustrados y enojados. Otros rebosaban de felicidad.

El cambio de política estadounidense hacia Cuba, el más importante en cinco décadas, provocó sentimientos encontrados en el exilio.

El presidente Barack Obama anunció que Estados Unidos y Cuba acordaron reanudar las relaciones diplomáticas e iniciar vínculos económicos y de viajes.

Varias decenas de exiliados, la mayoría de ellos contrarios a las medidas, se concentraron en un restaurante cubano para expresar su malestar. Un puñado se atrevió a elogiar en voz alta la decisión de Obama.

El frente del tradicional restaurante Versailles, donde suelen reunirse los exiliados más radicales, no podía verse desde la calle por los camiones de televisión que llegaron a captar imágenes. Muchos de los cubanos que se pronunciaban en contra levantaban inmensas banderas estadounidenses y carteles que decían «SOS para Cuba. No más negocios criminales y asesinos comunistas. Tirano Castro. Despidan a Obama» y «Sin rodeos y con valentía demandamos la renuncia de los Castro Ruiz y su dinastía asesina».

Algunos autos los saludaban con bocinazos al pasar.

«Fue una traición de Obama para el exilio y todos los cubanos», expresó Josie Rodríguez, una cubana de 79 años que llegó a Estados Unidos en 1967 y sólo viajó una vez a la isla a visitar a su padre, en 1990. «Me siento muy mal. Es puro negocio de Fidel Castro para que llegue la gente a dejar su dinero», agregó.

Pero Juan Luis Serrano, un exiliado de 43 años que ha viajado a la isla seis veces en los 16 años que lleva en Miami, pidió respeto de opiniones a los más extremistas, que le pedían a gritos que se fuera a un joven que llevaba un cartel de apoyo a Obama.

«Fue bueno lo que hicieron hoy. Más de 40 años de bloqueo no han servido para nada», expresó el joven. «El exilio tiene que respetar a los que piensan diferente… Hay que probar algo distinto y esto es un buen comienzo», dijo.

En Nueva York, el cubano Iván Acosta dijo que espera que el anuncio represente una «apertura» para el gobierno cubano.

«Esperamos que esto ayude a que respeten los derechos humanos, que liberen a los presos políticos, que permitan al pueblo cubano expresar lo que quiera expresar, por ejemplo en internet, y que permitan la existencia de periódicos, además de Granma» el diario oficial del gobierno cubano, dijo Acosta, de 70 años, y quien abandonó la isla a los 16.

En este sentido, The Cuban American National Foundation, una de las organizaciones líderes de los cubanos en el exilio, emitió un comunicado en el que instó al gobierno de Obama a que «confirme su apoyo al derecho del pueblo cubano a ser libre mediante el aumento de la financiación de los programas de Cuba Democracia que han proporcionado una ayuda muy necesaria y apoyo a la sociedad civil cubana reprimida. El historial del régimen de Castro en el cumplimiento de sus acuerdos ha sido como mínimo pobre y permite pocas expectativas en cuanto a su voluntad de cumplir con su parte del acuerdo».

En Miami también hubo reacciones diferentes por el intercambio de tres agentes cubanos detenidos en Estados Unidos por el contratista estadounidense Alan Gross, encarcelado en la isla.

«Me alegro por Gross, pero por otro lado es increíble que el gobierno de Obama tome el sistema de justicia de Estados Unidos con una ligereza tan grande», expresó a AP José Basulto, presidente de la organización Hermanos al Rescate, tras recordar que los tres agentes fueron condenados en un juicio en el que él fue testigo del gobierno después de que los cubanos participaron en un operativo en el que fueron derribadas avionetas de su grupo en espacio aéreo internacional.

«La evidencia fue clara y fueron condenados y el presidente actual se atribuye el derecho de tomar el sistema judicial como si fuera su propio sistema de castigo y los devuelve a Cuba como si fueran una pieza de cambio de un juego de barajas», expresó.

Gross fue arrestado en la isla en 2009 mientas trataba de instalar acceso a internet como subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para la Ayuda Internacional, que promueve la democracia en el país comunista. Cuba consideró que los programas de la Agencia buscaban socavar el gobierno y Gross fue sometido a juicio y condenado a 15 años de prisión.

Los tres cubanos son parte de un grupo conocido como «Los Cinco». Integraban una red enviada por el entonces presidente cubano Fidel Castro a espiar en el sur de Florida. Fueron condenados en 2001 en Miami por asociación ilícita, no registrarse como agentes extranjeros y otros delitos. Dos de los cinco quedaron en libertad al cumplir sus condenas.

Para Raúl Hernández, un cubano de 60 años que vive en Miami desde hace 35 años y aún tiene dos hermanos en la isla, el relajamiento de las sanciones podría incrementar el turismo y ayudar a la economía cubana.

«Creo que el embargo nunca fue bueno para la población cubana porque el gobierno nunca cambió», expresó el hombre, que no pudo viajar a Cuba a ver a sus padres antes de que murieran debido a las restricciones a los viajes.