La clave del problema en el PLD

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Insistimos en que la primera y más importante baja en la crisis del PLD es la credibilidad. Y es que si el presidente Medina hubiese mantenido su palabra de no aspirar a la reelección, la confianza seguiría siendo el aval principal frente a sus compañeros que siguen al doctor Fernández.
Insistimos en que la primera y más importante baja en la crisis del PLD es la credibilidad. Y es que si el presidente Medina hubiese mantenido su palabra de no aspirar a la reelección, la confianza seguiría siendo el aval principal frente a sus compañeros que siguen al doctor Fernández.

Por Nelson Encarnación

La encrucijada actual del Partido de la Liberación Dominicana no se puede analizar desde la óptica de una simple confrontación que parte del interés del presidente Danilo Medina de pasar una reforma constitucional para la cual no cuenta con los votos suficientes dentro de la matrícula congresual de la formación oficialista.

Ni siquiera se la puede ver como un nuevo capítulo de las diferencias que nacieron cuando Danilo—con todo su derecho—quiso ser candidato presidencial en 2008, a lo cual Leonel Fernández, también con derecho, tanto político como legal, opuso resistencia y salió ganancioso.

Se supone que aquellas divergencias quedaron subsanadas cuando Leonel resistió las tentaciones de buscar un tercer mandato en 2012 y, en cambio, asumió la candidatura del PLD, no porque temiera caer preso—como en forma desconsiderada le atribuyó Gedeón Santos—, sino por ser hombre de partido.

Los antecedentes de las diferencias internas Danilo-Leonel no tendrían mayor peso en las circunstancias actuales si de por medio no estuviera un ingrediente de mucho mayor peso en ambas direcciones.

Me refiero a la credibilidad, factor que determina el curso de toda relación humana, entre las cuales predomina la lucha por el poder, dados los alcances y la gravitación de éste sobre las demás cuestiones.

Así las cosas, ahora mismo se percibe que lo crucial en el PLD es la credibilidad, la cual tiene unos niveles de crisis muy profundos y que, a menos de que las corrientes hagan un esfuerzo supremo por revertir, terminará por ahogar los demás intentos.

Sin credibilidad no valdría ningún empeño, pues cada sector lo entendería inútil o cuando menos una intención por ganar tiempo con el interés de engañar al otro en el primer momento, aplicando para ello la argucia del árabe frente al caballo y el rey.

Esto es, la promesa de comerse el caballo dentro de un año con tal de que el monarca le perdonara la vida en el momento, previendo que, para entonces, “o se muere el caballo o se muere el rey”.

¿Dónde radica la falta de credibilidad mutua?

Veamos: En el lado del ex presidente Fernández subyace el temor de que un artículo transitorio en la reforma constitucional que teóricamente trate de evitar una re-reelección del presidente Medina en 2020, no sería obstáculo si el primer mandatario quisiera optar nuevamente.

Basan su temor en que si el presidente de la República lograra que sus parciales quedaran en mayoría en las Cámaras Legislativas en las próximas elecciones—lo cual no sería difícil—, esos nuevos congresistas pudieran eliminar el transitorio mediante otra reforma y habilitar a Danilo para el período 2020-2024.

El mismo argumento se enarbola en el lado del presidente Medina, donde se cree que dada la crispación, si Leonel gana las próximas elecciones pudiera maniobrar para obstaculizar el regreso de Danilo en 2020.

En conclusión: Pienso que la única vía de garantizar el regreso de la confianza recíproca sería aprovechar la reforma-en caso de que se hiciera posible-para blindar la Constitución contra intentos futuros de enmiendas sin consenso, que es el caso actual.

Pudiera establecerse, de manera diáfana, los referendos consultivo y aprobatorio para la reforma, y así quitar a los abogados manipuladores la posibilidad de agenciarse unos millones de pesos mediante consultas políticamente inservibles.

Insistimos en que la primera y más importante baja en la crisis del PLD es la credibilidad. Y es que si el presidente Medina hubiese mantenido su palabra de no aspirar a la reelección, la confianza seguiría siendo el aval principal frente a sus compañeros que siguen al doctor Fernández.

Por igual, si los seguidores de Danilo confiaran plenamente en la palabra del doctor Fernández de que no pondría piedras desde el Palacio Nacional para evitar el retorno del actual presidente en 2020, el PLD saldría sin mayores dificultades de la presente coyuntura, la cual es, por mucho, su peor desafío desde su fundación.