¡Qué lástima!: la escasez de gente que responda con firmeza ante los irrespetos al país

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Padres de la Patria
Padres de la Patria

Por Rolando Fernández

Al parecer, aquí no hay quien conteste a los intrusos extranjeros como se debe, sin blandenguerías, y las genuflexiones que se perciben.

Todo luce indicar que en esta nación se acabaron los hombres de carácter patriótico; que ya las expresivas notas de nuestro Himno Nacional se pusieron en el olvido; que el sacrificio de los dominicanos que han ofrendado hasta sus vidas por la soberanía de esta nación, de nada ha servido.

¿Por qué tenemos aquí que andar con tantos rodeos, conversatorios protocolares y complacencias diplomáticas?, sobre algo que solo nos concierne a nosotros; que es nuestro problema a resolver.

Se advierte que, la generaciones que han sucedido a aquellos, no tienen la valentía suficiente para emular sus actos heroicos; que no hay pantalones para decir y hacer, frente a los tantos intrusos internacionales que en estos momentos están tratando de interferir, para que los dominicanos no ordenemos nuestra casa como se debe, en términos de que procedamos a regular y controlar tal corresponde, la inmigración ilegal de extranjeros hacia nuestro terruño caribeño.

Cuánta falta están haciendo en esta sociedad, casi alienada por completo, hombres de la categoría de Rafael L. Trujillo, Joaquín Balaguer, o Juan Bosch, aunque a muchos aquí no les guste oír tales nombres. Ya esos “moldes” humanos quedaron en el pasado. ¡Qué lástima! Esos se correspondían con los de verdaderos nacionalistas entre nosotros.

Bandera Dominicana
Bandera Dominicana

A que si alguno de ellos estuviera al mando de los destinos nacionales en la actualidad, las cosas marcharían de otra manera. Ya los osados entrometidos, injerencistas internacionales, se hubieran callado la boca; estarían apuntando hacia otros lugares con sus epítetos ponzoñosos (racistas y xenófobos), y el calificativo de manejables, como nos entienden.

En ese marco, ¿a qué diablo tiene que venir la OEA, a estarse metiendo en cosas que en realidad no atañen a esa entidad? A querer imponer normas sobre la soberanía nacional, ¿por qué?: “Misión de OEA llega al país para verificar la situación migratoria” (“Diario Libre”, del 10-7-15).

Sobre ese particular, consideró un abogado y legislador nuestro, de las voces que se han levantado en favor de la soberanía de la nación que: “la misión designada por la OEA no tiene ninguna facultad, al tenor del derecho internacional, para venir al país a trazar pautas y rendir informes sobre quién o no es nacional de la República Dominicana. (Periódico “HOY”, del 10-7-15, página 4ª).

Según se aprecia, quienes más duelen a los miembros de ese organismo son los haitianos, en aparente “solapación” de lo que ha hecho con ese depauperado país la comunidad internacional, encabezada por los poderes hegemónicos mundiales. No se habla de otras nacionalidades en lo que respecta al “Plan Nacional de Regulación de Extranjeros”. ¡Los demás no cuentan, y tantos que hay!

Después que los poderosos acabaron con los recursos todos de aquella hermana nación, y han promovido la degeneración social a su interno, ahora nos quieren endosar sus cruciales problemas a nosotros, que no podemos ni con los propios.

Una pregunta que procedería hacerse en este momento, ante el acoso “OEANO” a este país, por querer el Estado regular nuestros problemas inmigratorios es: ¿y por qué la OEA nunca se ha preocupado por supervisar y dar seguimiento continuo real, a cuánto acaeciera en aquella nación a partir del gran terremoto que se produjera en la misma, el 12 de enero del año 2010, que destruyó prácticamente su capital?

Otra sería, ¿qué pasó con todas las ayudas ofrecidas a raíz de ese desastre, o fenómeno natural, y con los recursos provenientes de aquellas que se convirtieran en la realidad? ¡Pocas por cierto!

¡Ah!, de esas temáticas sí es que poco se habla. Sin embargo, nos han “enfilado los cañones” para que nosotros no repatriemos a los haitianos ilegales que en gran cantidad tenemos aquí; que han inmigrado, impulsados en su mayoría, por la miseria, la corrupción, el desorden, y las imposibilidades para ellos allí existentes. Y claro, entusiasmados por el empresario local aprovechador, en busca de mano de obra barata; como de los políticos, procurando confeccionar con ellos “colchones” electorales.

Pero además, se debe reiterar que, todo el hincapié y las presiones sostenidas, son nada más con relación a los haitianos. ¿Y con los otros extranjeros que residen ilegalmente en este país, por qué nada se observa?

¡Vaya misión “humanitaria OEANA”!, con el concurso de las cajas resonancia, tanto internas como externas, que también se vienen pronunciando en favor de que nuestro Plan Nacional de Regulación de Extranjeros no se aplique. ¡Cuánto han enseñado el “refajo”!

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