¡Situación problemática con los haitianos! ¿Por qué  esperar más?

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HAITIANOS RDPor Rolando Fernández

Por estar dejándolo al tiempo, y a los vaivenes de la política vernácula, que nadie se extrañe de lo que pueda venir en el futuro inmediato, referente a las inmigraciones irregulares que hemos venido aposentando, principalmente las que nos llegan del hermano país vecino. El problema haitiano en tal sentido, que es el de mayores conflictos obvios para los dominicanos, va a repercutir entre nosotros de mala manera.

A pesar de las últimas disposiciones adoptadas sobre el particular, con principalía la famosa Sentencia 168-13, emitida en ese orden el 23 de septiembre del año 2013, por el Tribunal Constitucional de la República (TC), las autoridades competentes nuestras han venido andándose con paños tibios, en cuanto a una aplicación real y efectiva, con relación a esa mayúscula problemática inmigratoria.

Evidentemente, todo parece haber venido obedeciendo a las presiones, injerencias a las claras, y las eventuales implicaciones de corte internacional recibidas, patrocinadas por algunos de esos organismos que desde hace muchos años han estado propugnando por endosarnos a nosotros los problemas  y las crisis fehacientes que se verifican en el hermano país, cuando aquí no podemos ni con los nuestros.

Y claro, aquellos han logrado establecer cajas de resonancia internas “operandi”, las cuales hacen coro cabal a esas pretensiones, y que encabezan a nivel de representación y concurso solidario, algunas de las denominadas ONGs existentes en el país, capitaneadas por dominicanos considerados como antinacionalistas, receptores de jugosas subvenciones mensuales en monedas extranjeras.

Todo, muy a pesar de los ingentes esfuerzos que hacen determinados segmentos de la sociedad nacional, que han venido tratando de defender “con uñas y dientes”, como se dice, la soberanía del país, que de seguro han provocado el que se lleven a cabo ciertas acciones inherentes, que nada más lucen “aparentes” sobre el particular.

Es por ello que, el problemazo sigue “viento en popa”; todo está igual  o peor que antes, a pesar de las tantas alharacas declaratorias oficiales y particulares que se hacen. El flujo inmigratorio irregular hacia esta nación continúa in crescendo, con muy pocos controles introducidos a la vista.

Las evidencias relativas en tal sentido están de sobra en todo el país. Y, ahora tintada la gravosa situación, con motines y acciones vandálicas por parte de los haitianos, como actividades retaliatorias innegables. ¡Qué sigan esperando, “que al que no da, le dan!”, como reza una máxima pueblerina.

Los sucesos referentes están de sobra desde hace ya varios meses. Pero, hay uno último que merece bastante consideración, y que invita a una profunda reflexión ciudadana. El mismo fue reseñado por el medio digital “La Nación Dominicana.com”, 8-9-15, bajo el titulo: “Tensa situación en frontera Dominicana y de Haití, enfrentamiento a tiros y pedradas”.

Se habla en la publicación  sobre los hechos acaecidos en aquella vulnerable zona,  con lamentables incidentes, como enfrentamientos directos entre   transportistas y efectivos militares del Centro de Seguridad Fronteriza, CESFRONT.

Según el prestigioso medio, hubo de todo: “PIQUETES, MOVILIZACIONES EN ALGUNOS SECTORES DEL PUEBLO, CON PALOS Y PIEDRAS;  UNA VEINTENA DE MICROMITINES EN LAS CALLES, CON GOMAS QUEMADAS,  Y ÁRBOLES OBSTACULIZANDO EL PASO”.

Como se puede inferir, son  todos esos, eventos que merecen alto grado de consideración, en el marco de la pseudo puesta en marcha definitiva del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros vigente, cuya aplicación, con la rigurosidad que debe ser, aún no comienza; como igual ocurre, con el cumplimiento cabal de la precitada Sentencia 168-13, dictada por el Tribunal Constitucional de la República (TC),  con estipulaciones a las cuales se ha estado tratando de buscarles la vuelta, para suavizar posibles efectos conflictivos  que se puedan derivar del asunto.

Además, parece ser que no se ha estado ponderando, amén de la lentitud expuesta en el tenor de lo que se trata, la gran cantidad de ciudadanos haitianos que deambulan por nuestras calles y avenidas, en pueblos y ciudades de esta nación, que ante cualquier eventual confrontación bélica entre ambos países, podrían conformar una poderosa fuerza, para combatir en defensa, y actuación solidaria hacia los suyos, desde dentro mismo del territorio dominicano.

¡Qué se piense bien! Y, dejemos de estar andándonos con paños tibios, frente a una situación tan delicada como esa, para que luego no nos pese.

www.rfcaminemos.wordpress.com