Ozonoterapia en traumatología

0
338

POR EL DR ANTONIO CONTRERAS BERROA

SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Desde que hubo heridas (de tejidos blandos y de huesos) existió la traumatología. Por esta razón, en el papiro de Edwin Smith (2800 a. C.) se encuentran referencias sobre las de 4º lesiones traumáticas y se establece que << ante una lesión ósea, debe colocarse un tutor para mantenga unidas las partes quebradas>>.

Hipócrates (Isla de Cos, Grecia, 460ª, C) escribió libros sobre problemas óseos y articulares, deformidades de la columna vertebral y de los pies. También escribió sobre vendajes y destacó la importancia de la tracción esquelética (banco de Hipócrates).

Actualmente, y desde el siglo XX, la ortopedia y la traumatología se han valido de múltiples técnicas, como los tratamientos con antibióticos, antiinflamatorios y ozono. El ozono y la ortopedia están relacionados desde la 1. ª Guerra Mundial, donde el 1915, en Berlín, el Dr. Wolf, del ejército alemán, ya lo utilizaba para tratar las lesiones gangrenosas, tanto por infección como por congelación.

Con la creación del primer generador de ozono moderno por el Dr. Hänsler en 1957, el ozono inicia su camino más concreto para las aplicaciones que se utilizan actualmente, como las patologías del aparato locomotor y la columna. En 1961, el alemán Dr. Hans Wolf introduce en su práctica médica la autohemoterapia mayor y menor, y la aplicación a enfermedades como la artritis reumatoide y la que se denominaría, más adelante, fibromialgia.

A partir de 1988, el Dr. C. Verga estableció, con buenos resultados, la aplicación de O2 – Oen inyecciones en los músculos paravertebrales en pacientes con lumbalgia, y ahondó  en las técnicas ya existentes en neurorradiología y neurocirugía. La ozonoterapia se empieza a utilizar a niveles más profundos (p. ej., intradiscal), y cerca de 1995 empieza su uso en casos clínicos con resultados muy buenos en el 80% de los pacientes tratados. A partir del año 2000, ya se realizaban tratamientos más sofisticados, como la inyección intraforaminal bajo control radiológico o mediante guía de TC o RM.

Del mismo modo, en las últimas décadas, se ha generalizado la administración intraarticular de la mezcla de oxígeno y ozono, fundamentalmente para el tratamiento de la artritis y la artrosis, y en los últimos 15 años, combinado con ácido hialurónico o factores de crecimiento ozonizados, obteniéndose resultados tan buenos que en la actualidad estos tres principios terapéuticos, empezados a utilizar en la década de 1980 por el Dr Anitua, M. Sánchez y otros, constituyen el arsenal terapéutico indispensable para el tratamiento de las lesiones traumatológicas, tanto de los tejidos blandos como en la articulaciones y los huesos, en enfermedades inflamatorias como en enfermedades degenerativas, y también en lesiones traumáticas.

Sin lugar a dudas, toda la columna vertebral (la espalda) es la gran beneficiaria de los buenos resultados del tratamiento con ozono, sin olvidar la eficacia terapéutica de la ozonoterapia intraarticular en el resto del aparato locomotor. Esta diferencia se debe a que, mientras que en una articulación solo tenemos cartílago, líquido sinuvial, ligamentos y meniscos, en la patología dolorosa en inflamatoria o degenerativa de la columna vertebral interviene un sinfín de elementos anatómicos: musculosa estirados paravertebrales, con múltiples sustancias químicas de liberación durante su contractura e incluso más en su estado de miositis; musculo liso de origen vascular; articulaciones interfacetarias (con todos sus componentes); estructuras neurológicas de sostén estructural, como el saco dural, las meninges y el líquido cefalorraquídeo, o bien de carácter absolutamente funcional, como las fibras nerviosas amielínicas, la medula, las fibras preganglionares y el ganglio anexo a la raíz dorsal, o mielínicas como las raíces y su trasformación inmediata a troncos nerviosos, o los nervios, rama posterior del nervio posganglionar para la inervación de las articulaciones interfacetarias; plexos nerviosos como el de Lushka, que nace del ramo anterior e inerva toda la pared posterior de los cuerpos vertebrales, de los discos intervertebrales e incluso emite el ramo  comunicante, uniendo en nervio raquídeo con el plexo simpático en la cara anterior de los cuerpos vertebrales y  finalmente los discos intervertebrales. Todos estos elementos se benefician químicamente por la mezcla de oxígeno y ozono, tanto en los tratamientos ambulatorios, mediante una simple infiltración muscular paravertebral, como en los múltiples tratamientos invasivos realizados en quirófano. Es necesario destacar algunas ventajas del ozono sobre los esteroides, que son los fármacos usados con mayor frecuencia en las diversas técnicas.

El ozono es una molécula extraordinaria, por sus múltiples aplicaciones en medicina y su escasa incidencia en efectos adversos.

En al ámbito del tratamiento del dolor, es una herramienta extremadamente útil y versátil, que ha venido a revolucionar la practica medica diaria, encontrando día a día nuevas aplicaciones en la mayoría de los síndromes dolorosos mas frecuentes.

Ventajas de la Ozonoterapia

  • Menor coste económico.
  • Menor riesgo de infecciones.
  • No produce atrofia grasa subcutánea ni despigmentación de la piel, lo que es un problema cuando se realizan aplicaciones de esteroides cobre estructuras muy superficiales, como sucede en las tenosinovitis de De Quervain o el neurinoma de Morton.
  • No debilita los tendones y ligamentos, lo que puede llegar a ser un problema en aplicaciones repetidas o en tendones desgarrados, pudiendo llegar a causar la rotura de estas estructuras. El ozono produce, por el contrario, un efecto beneficioso sobre el metabolismo tisular.
  • No produce depósito de cristales en las articulaciones, lo que puede causar una artropatía por cristales.
  • No conduce a la destrucción articular acelerada.
  • No causa abscesos locales estériles.
  • No produce necrosis avascular de la cabeza del fémur.
  • No tiene efectos cognitivos, como la <<Psicosis por esteroides>>.
  • Se puede aplicar en pacientes diabéticos.
  • Se puede utilizar en pacientes hipertensos.
  • Se puede usar en pacientes con insuficiencia renal o hepática.
  • Se puede utilizar en pacientes inmunodeprimidos.
  • Se puede aplicar en pacientes con infecciones sistemáticas.
  • Se puede aplicar en pacientes con alergia a los corticoides o los analgésicos locales.
  • Se puede aplicar en articulaciones o tejidos infectados, pudiendo ser, de hecho, un tratamiento muy efectivo en este tipo de problemas.
  • Se puede aplicar en múltiples localizaciones en una sola sesión.
  • Se puede repetir muchas sesiones de infiltración. En el caso de los corticoides, solo se deben aplicar 2-3 sesiones y muy espaciadas en el tiempo.
  • Tiene un efecto beneficioso sobre el metabolismo. Los corticoides son inmunodepresores con innumerables secuelas cardiovasculares, metabólicas (diabetes). Etc.
  • Se puede aplicar en pacientes con úlceras gastroduodenales o con riesgo de hemorragia digestivas.
  • Se puede aplicar en pacientes con osteoporosis.
  • No causa aumento de peso.
  • Además del efecto antiinflamatorio y analgésico, el ozono posee un efecto beneficioso sobre el metabolismo tisular, lo que explica, en parte, sus efectos terapéuticos a largo plazo.