El periodismo

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Por Nélsido Herasme

Nos duele decirlo, pero muchos de “nuestro colegas periodistas” han arriado su bandera, entregado su virginal ética, mientras otros se han arrodillado ante el dinero rastrero.

Es de ahí que comunicadores de manera rápida encontraron la manera de hacerse ricos en poco tiempo.

Nosotros decimos que cualquiera es “periodista” y hasta cabildea para que el gobierno lo pensione.

Cuando vemos a un periodista acumular fortuna, conseguir millones de pesos, acomodarse y vivir en grandes mansiones, jamás podemos  pensar que sus recursos los consiguió trabajando como redactor en la sala de un medio de comunicación y mucho menos ejerciendo la reportería desde su respectiva comunidad.

Sobre este particular siempre recordaré al extinto comunicador, don Rafael Molina Morillo, quien en una entrevista televisiva dijo que “ningún periodista se hace rico ejerciendo el periodismo honesto y que es mejor estar uno tranquilo con su conciencia, haciendo lo que hay que hacer”.

Yo me siento orgulloso de ser un comunicador social, profesión que ayer estudiamos con pobreza y toda las dificultades del mundo en la UASD (Universidad Autónoma de Santo Domingo), la que hoy con honor  hemos ejercido por treinta años. No soy rico, pero soy periodista,  y ello  no debe llevarme a la contaminación.

No tenemos que seguir el ejemplo de nadie, porque la ética, la seriedad  y la objetividad van de la mano de todo aquel que ejerce esta digna profesión.

Que nos llamen pendejo cuantas veces quieran, pero si decimos que fue una carrera hermosa la que escogimos para informar y servir a la colectividad y la que estudiamos con el propósito de ejercerla con decoro.

El periodista debe ser como aquel pastor-sacerdote, que enseña a compartir a las ovejas y a cuidarse de los lobos.

Si de entre nosotros hay colegas que quieren compartir su periodismo y ser bocinas del político corrupto, del perverso narcotraficante o del empresario sobornador, que lo haga, pero que respete y permita ejercer  con libertad a quienes estamos dispuesto a vivir con sencillos salarios.