Movimientos en la banca nacional

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Por Balbueno Medina

Desde que las autoridades Monterías de la Republica Dominicana tomaron una serie de medidas prudenciales, a raíz de la quiebra del Banco Intercontinental (BANITER), y otras dos instituciones financieras, no habíamos escuchado nuevas noticias relacionadas con la Banca Múltiple, hasta que el Banco del Progreso anunciara la venta de la mayoría de sus acciones de manera pública.

Recordamos que el Banco Dominicano del Progreso fue el único que resulto rescatado de la fatídica y corta  corrida bancaria que afecto la marcha de la economía nacional, gracias a la responsabilidad y al coraje de los principales accionistas de esa institución, quienes sin ser originalmente banqueros de extracción, por salvar sus trayectorias decidieron mantener en pie ese patrimonio del pueblo dominicano.

Desde el año 2003, en que se produjo ese oscuro episodio de la economía nacional, y muy particularmente de la banca dominicana, algo sin precedentes en la historia Republicana, los principales accionistas del Banco del Progreso lograron restablecer la confianza y la credibilidad de la ciudadanía en esa institución financiera, hasta el punto de que es una de las más sólidas del Sistema Financiero Nacional, de acuerdo al ranking que le han otorgado los órganos reguladores del sistema.

El manejo prudencial y la solvencia que exhibe hoy día el Banco del Progreso, demuestran la dedicación y la entrega que tuvieron sus principales accionistas Juan Bautista Vicini, José Miguel Bonentti, Roberto Bonetti, entre otros, quienes han puesto esa institución a las alturas de ser llevada, a partir de ahora, por quienes tienen la vocación de ejercer las labores bancarias como actividad principal de subsistencia.

El trabajo de estos hombres estuvo orientado a mantener y consolidar la estabilidad que exhibe el Banco del Progreso, y a lograr que en medio de ese proceso de sobrevivencia haya alcanzado la categoría de estar entre los tres o cuatro bancos principales de la Republica Dominicana, como lo certifican las autoridades de regulación bancaria.

La realidad es que la puesta en venta publica del 97 por ciento de las acciones del Banco del Progreso, no debe sorprender a nadie, porque tal y como hemos argumentado en este artículo lo que hicieron sus principales accionistas fue salvarlo de la quiebra y evitarle al país que se produjera un corralito semejante al que afectó la República de Argentina, debido a que detrás de él iban a colapsar otros bancos del Sistema que por su fragilidad no podían soportar la retirada masiva de ahorros de la población.

Al parecer, sectores que se desenvuelven en el mismo ambiente de la banca nacional e internacional, conocían de las pretensiones de los accionistas del Progreso, y según teníamos noticias de hace más de un mes, según publicamos en nuestra cuenta de Twitter,  personas ligadas al Bank of  Nova Scotia, habían hecho una oferta de compra de esa entidad financiera, algo que no fue desmentido por nadie.

Vale destacar que esa misma noticia fue difundida desde Canadá, a través de la revista Bloomberg, lo que demuestra que ciertamente los rumores de la venta de las acciones del Banco del Progreso estaban en marcha, aunque no se habían oficializado por parte de quienes manejan actualmente ese negocio, quienes han hecho muy bien con publicar la oferta para cumplir con las leyes nacionales y los demás accionistas que tienen el privilegio de optar por las compras de las mismas.

Es  lógico y  entendible, lo que está  aconteciendo con todo lo que implicaría la adquisición  de la mayoría de las acciones del Banco del Progreso, dado que sus accionistas principales tienen una serie de empresas que atender y no están en condiciones de dedicar todo el tiempo que requiere ese negocio, lo cierto es que no se ha explicado, por qué  hay otra institución bancaria de las principales del sistema que al igual que ésta manifiesta su situación de cara al proceso que ha llevado conjuntamente con el Banco del Estado.

Definitivamente, que nos encontramos frente a una etapa de transición de cara a entidades de principalía en el Sistema Financiero Nacional, que concluirá con la adquisición del Banco del Progreso por parte del Scotibank, dado que sus accionistas minoritarios no tendrán los recursos para comprar la totalidad del 97 por ciento de las acciones ofertadas y el Banco de Reservas, que terminara por asumir una cartera muy importante de otra institución financiera que negocia parte de su fusión.