Sobre El Che en la Base Naval de las Calderas en Baní

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Por Juan Cruz Triffolio

En la narración del puertoplateño Abraham Watts de la Rosa, titulada ¨En Torno a la Gesta Gloriosa de Junio de 1959¨, tienen los amantes y acuciosos estudiosos de la historia dominicana y caribeña un valioso material para el análisis y establecimiento de la verdad histórica, a fin de evitar distorsiones en las generaciones venideras.

Se trata de un interesante legajo histórico reproducido en la obra Relatos de la Resistencia, publicada por la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, que forma parte de la Colección 50 Aniversario del Ajusticiamiento de Trujillo 1961-2011, volumen III, que viera la luz pública por primera vez en 1982.

Conforme a lo expuesto por Abraham Watts de la Rosa, estudiante de Derecho, participante directo en los acontecimientos de la epopeya patria referida, luego de dar sus primeras lecciones en la escuela primaria Antera Mota, en su tierra natal, por circunstancias familiares, pasó a residir en la capital dominicana, en donde concluyó los estudios primarios e intermedios en el Colegio Don Bosco.

Tiempo después, al ingresar al bachillerato, la situación económica familiar se tornó precaria por lo que, teniendo unos 15 años de edad, le sugirió a su madre que el único camino a transitar era el ingresar a las filas de la Marina de Guerra para con los ingresos percibidos paliar en algo la difícil situación en el hogar, al tiempo que continuar su formación educativa.

Ante lo sugerido, expone Abraham Watts de la Rosa, que su madre buscó como ¨cuña¨ al entonces coronel Luis Trujillo Reynoso, siendo aceptado en la institución naval el 24 de enero de 1958, no obstante tener una constitución física endeble pues a penas contaba con unas 98 libras de peso.

Luego de diversas evaluaciones y malabares, ingresó a la Base Naval de Las Calderas en Bani, considerada para entonces como ¨El Cementerio de Hombres Vivos¨, por lo desolado e inhóspito del lugar.

Ese mismo día, en vista de tener el más alto índice académico, fue trasladado a la Escuela Naval de San Cristóbal, donde estaba acantonada la flor y nata de la Marina de Guerra, estudiando al mismo tiempo en el Instituto Politécnico Loyola.

Un poco más tarde, luego de una prueba de audición, entre otras evaluaciones, Abraham pasa, junto a cinco compañeros de aulas, a realizar el curso sobre guerra antisubmarina, dirigido por el entonces alférez de fragata, Oscar Padilla.

Una vez terminada la jornada académica militar, cuenta Abraham Watts de la Rosa, que fue llevado en compañía de sus compañeros de armas a la Fragata F-103 y a la F-104, distribuidos en grupo de tres por barco, para ser conducidos a Nolfork, Virginia, USA, a realizar una especialización en la A.S.W. School (Escuela de Guerra Antisubmarina), durante dos meses de intenso entrenamiento.

Ernesto Che Guevara de la Serna

Es a partir de entonces, conforme a lo manifestado por Abraham Watts de la Rosa en el documento histórico que sirve de base a lo antes descrito, cuando el entonces joven marino, oriundo de ¨La Novia del Atlántico¨, Puerto Plata, empieza a resaltar la supuesta o real presencia del Comandante Ernesto Che Guevara de la Serna en el territorio dominicano  y la concesión de parte de Rafael Leónidas Trujillo Molina a Fidel Castro de las instalaciones de la entonces principal base naval del país para el entrenamiento militar de un pu­ñado de adeptos castristas.

Como aparente introito de tan curiosa y llamativa aseveración, Abraham recuerda que ¨corría el mes de noviembre de 1958¨ y que la Fragata F-103, barco al que se encontraba asignado, ¨era considerado como el buque numero ¨uno¨ por el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina para hacer sus servicios especiales, hasta tal punto que condujo al Che Guevara a Cuba después de un largo entrenamiento militar en la Base Naval de Las Calderas¨.

¨La caída de la dictadura de Fulgencio Batista -apunta la fuente en cuestión- y la asunción al poder del Dr. Fidel Castro, causó un gran jubilo entre la tripulación de la Fragata F­-103, pue el Che Guevara en su viaje a Cuba a bordo de dicha Fragata había prometido que cuando tomaran el poder en Cuba invitaría al barco y su tripulación a una estadía en La Habana ¨a cuerpo de rey, en agradecimiento al servicio que el barco les había prestado…¨

Con la aparente intención de imprimirle mayor credibilidad a su exposición, el expresivo marino dominicano, apunta: ¨…recuerdo ver aquel gozo, pues cada quien hizo su propia idea de la buena vida y hubo hasta quien llegara a verse en el Cabaret Tropicana o en el San Soucí, rodeado de elegantes bailarinas de esos famosos centros habaneros de entonces¨.

Verdad o mentira lo hasta ahora manifestado, Abraham Watts de la Rosa, vuelve a abrumar a sus lectores cuando de manera precisa y detallada subraya que para entonces ¨Las relaciones Trujillo-Castro eran muy cordiales y de agradecimiento del segundo hacia el primero, ya que Trujillo había concedido a Castro las instalaciones de la estratégica Base Naval de Las Calderas, para el entrenamiento de un grupo de sus partidarios¨.

Cuenta sin tapujo alguno, dejando estupefactos a cualquier apasionado en lectura de la historia contemporánea dominicana que ¨Hasta tal punto llegó Trujillo, que permitió a Guevara usar uniforme de Teniente de Navío de la Marina de Guerra Dominicana (Capitán), amén de suminístrale pertrechos y armas¨.

Como aparente explicación del distanciamiento o rompimiento de Castro con Trujillo, el marino dominicano alude a ¨…negativa de que fue objeto Fidel, por parte del dictador criollo, ante el interés de ¨extradición¨ del derrocado homólogo cubano, Fulgencio Batista.

Como colofón de estos párrafos vale destacar que el autor de las controversiales aseveraciones reproducidas, tanto en este parte periodístico como en la obra publicada por la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, concluye con la sentencia de que: ¨Los hechos y nombres que aparecen en el presente trabajo, son auténticos y se ajustan a la más estricta realidad¨.

Tomando en consideración lo ya expresado y guiados por la máxima universal que a viva voz establece que en todo asunto controversial hay siempre tres verdades: la tuya, la mía y la correcta, bien resultaría interesante el iniciar el debate en procura de irradiar luz ante todo lo expuesto.

Vaya la invitación para todos aquellos amantes del ejercicio que envuelve estudiar el pasado a profundidad, alejado de las pasiones, distorsiones e invenciones fantasmagóricas del presente, para de esta manera impulsar el auténtico desarrollo en base a la verdad y el conocimiento.

Empecemos pues….