POR RAQUEL DEMORIZI
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Algunos pasamos el tiempo presagiando tragedias que a nuestro juicio terminaran con la existencia, cargándonos de ruidos negativos que solo nos perturbaran, impidiendo crear proyectos pues aun en formación les ponemos un desenlace desastroso, así mismo procedemos con nuestra vida, en algunos casos llenándonos de miedo y pánico que nos aletargan y paralizan.
La prensa radial, escrita y televisiva bombardean noticias funestas de las cuales nos apoderamos y dictaminamos que han de suceder, por ejemplo un terremoto, una enfermedad catastrófica, la muerte de alguien muy querido e incluso la nuestra. Preocuparnos por adelantado es malgastar energía olvidando vivir el presente, no tiene sentido mortificarnos por cosas que quizás nunca acontecerán.
Vivir de este modo es agonía. Anticipar eventos con connotaciones adversas envuelve conjeturas fatídicas sobre lo que piensas puede pasar por lo que el aquí y ahora se gasta ante la espera de ese pronóstico. Por tanto solo lo que acontezca hoy es lo que hay que encarar y con valor, porque siempre surgirá la mecánica adecuada para resolverlo, no pienses en negativo para que no sufras ni desgastes emocionalmente, si algo no funcionó ayer no te culpes, agradece lo que está funcionando en el presente y si son difíciles agradece también pues de ello aprenderás.
Solo tu puedes elegir que pensar y dónde dirigirte.
Dijo Katiuska Goldcheidt no hay nada mas impactante que surja tanto efecto como el poder que hay en ti, pues tu cerebro es de una capacidad ilimitada y en él puedes programar tus anhelos, valores, objetivos y ambiciones o en cambio tus temores e incertidumbres.
Conéctate con tu poder, en lo que está acaeciendo y emprendiendo y harás todo con satisfacción logrando armonía al valorar y disfrutar el hoy, ten discernimiento de tus sensaciones, sentimientos, expresiones, y disfruta solo de lo que puedes lograr de forma independiente, peculiar, única y autónoma que eres tu.
