Por Roberto Veras
Los periódicos están inundados de casos de robos a la luz del día, en la actualidad nadie está seguro de su seguridad personal, ya que los delincuentes siempre están dispuestos a arrebatarnos la vida hasta para quitarnos un teléfono celular o una pequeña cantidad de dinero.
Hay muchos casos en los que los delincuentes cometen crímenes atroces y ponen en peligro la vida de la gente. En la vida actual hay un gran declive y una descomposición en el orden social.
El miedo y el horror nos sacuden en lo más profundo de nuestros nervios y esto nos lleva a reflexionar seriamente sobre la serie incontrolable de crímenes que se están produciendo en todas las direcciones que nos rodean.
Los actos delictivos son perjudiciales para la sociedad, ya que hay un sector de almas deprimidas que se convierten en delincuentes y caminan por el rumbo equivocado para no volver jamás.
Los jóvenes toman un camino corto hacia la prosperidad y la alegría acumulando el dinero adecuado para satisfacer sus deseos. Formas ilimitadas de delitos prevalecen en la sociedad, como extorsión, secuestro, asesinato, delitos contra la propiedad, delitos cibernéticos, trata de personas, sin embargo, el dinero es el único motivo detrás de la mayoría de todos estos delitos.
La mala gestión en el campo de la educación genera desempleo y un estado de ánimo indeciso en los jóvenes de hoy. A falta de la orientación adecuada para una mejor educación vocacional, una mente joven está totalmente frustrada y continúa obteniendo una educación sin rumbo fijo.
El hábito de consumir drogas también puede resultar en desviar a las personas hacia actos delictivos, ya que los usuarios no logran identificar entre el bien y el mal. Además, las malas condiciones financieras, la superpoblación y los valores morales inadecuados también pueden llevar a una persona a cometer delitos menores.
LA POLICÍA debería tener que estar más alerta para hacer cumplir la ley de manera eficaz, pero a ellos también les afecta su bajo salario, además, el gobierno debe instalar cámaras de vigilancia en lugares públicos concurridos, restaurantes, estaciones del metro, aeropuertos, centros comerciales y avenidas principales para que LA POLICÍA pueda frenar el crimen y mejorar la convivencia ciudadana.
