NEW YORK.- El Consejo de Seguridad de la ONU siguió este martes paralizado en su intento por dar respuesta a la crisis en Siria en una jornada en la que quedó en agua de borrajas una reunión cancelada en el último minuto después de la propuesta de Rusia para que el régimen de Damasco entregue su arsenal de armas químicas.
El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas intentó sin éxito celebrar una ronda de consultas a puerta cerrada sobre el conflicto sirio que al final fue desconvocada por las desavenencias entre rusos y estadounidenses sobre la respuesta que hay que dar a las denuncias de uso de armas químicas en ese país.
La reunión, que fue convocada inicialmente a petición de Rusia, fue anulada menos de una hora antes de que arrancara también a solicitud rusa, que lo justificó por las «circunstancias cambiantes», según explicaron a Efe fuentes diplomáticas.
Rusia planteó las consultas al resto de miembros del Consejo después de que Francia, con el apoyo de Estados Unidos y Reino Unido, anunciara su intención de hacer circular un borrador de resolución para articular la puesta bajo control internacional del arsenal de armas químicas en manos del régimen sirio.
Las fuentes consultadas por rechazaron que esta vía, la de poner las armas químicas sirias bajo control internacional, esté poco madura para avanzar en el Consejo, después de que la idea planteada ayer por Rusia quedara recogida en el proyecto de resolución francés.
Casi al mismo tiempo que se desconvocaba la reunión del Consejo se conocía también que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, se reunirá el próximo jueves en Ginebra con el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, para analizar la situación en Siria, según fuentes gubernamentales citadas por la cadena CNN.
En su comparecencia de ante la Cámara de Representantes, Kerry había afirmado que este mismo martes había conversado con Lavrov y que esperaba que éste le remitiera en las próximas horas los detalles de una propuesta diplomática que pondría fin al arsenal químico en poder del presidente sirio, Bachar al Asad.
A la espera de un mensaje a la nación del presidente Barack Obama sobre Siria, el jefe de la diplomacia estadounidense adelantó que un plan para la destrucción del arsenal químico sirio debe ser «vinculante» e implicar «consecuencias» en el caso de que el régimen de Al Asad no lo cumpliera.
En las últimas semanas, Obama y miembros de su Gabinete han urgido tomar medidas contra el régimen de Siria por su presunto uso de armas químicas en un ataque contra la población civil en las afueras de Damasco el pasado 21 de agosto y que, según EE.UU., causó más de 1.400 muertos.
La Casa Blanca ha anunciado también que el presidente Obama y su homólogo de Francia, François Hollande, así como el primer ministro británico, David Cameron, han acordaron seguir trabajando juntos y de forma estrecha y en consultas con Rusia y China para analizar esa propuesta rusa.
Las autoridades sirias, a través de su ministro de Exteriores, Walid Muallen, han saludado casi de manera inmediata la propuesta de Moscú, para que Siria coopere con la comunidad internacional en el control de armas químicas y en su total destrucción.
Sin embargo, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora en Siria, no se fía del Gobierno ruso, tradicional aliado de Al Asad, de ahí que haya calificado de «camuflaje político» el plan de Rusia y haya advertido que causará más muerte y destrucción.
