SAN JUAN.- Puerto Rico celebra hoy los 520 años de su descubrimiento por parte de Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Américas, un momento clave en la historia de esta isla caribeña, que, sin embargo, muchos historiadores ponen en duda.
«La teoría más extendida es que Colón fue quien descubrió estas tierras el 19 de noviembre de 1493, pero otros reconocidos historiadores sostienen que antes lo hizo Martín Alonso Pinzón, al frente de La Pinta», explicó Luis González Vales, el historiador oficial de Puerto Rico.
Efectivamente, se cree que Pinzón llegó antes que Colón a un territorio que por entonces estaba poblado por menos de cien mil taínos, repartidos en medio centenar de aldeas encabezadas por caciques, los cuales llamaban a su isla algo parecido a Boriken o Borinkén; de ahí que a los puertorriqueños también se les conozca hoy en día como boricuas.
En opinión de González Vales, así como en la del fallecido historiador español Juan Manzano y Manzano y otros especialistas puertorriqueños, cuando a finales de 1492 Colón se encontraba en el fuerte de La Navidad, levantado con los restos de la carabela encallada Santa María en la costa de lo que hoy es Haití, Pinzón «estuvo desaparecido unos días».
«Se sabe que se fue navegando hacia el este y, a su vuelta, a Colón no le resultaron muy convincentes sus explicaciones», aseguró el historiador. «Al llegar a tierras españolas por Galicia antes que Colón, Pinzón contó a los Reyes Católicos lo que había descubierto, pero éstos optaron por esperar al almirante».
Vicente Yáñez Pinzón, hermano del navegante, «es el primero que se interesa en la exploración de Puerto Rico», según González Vales. «Firmó una capitulación con los reyes e incluso trajo algunos cabros y cerdos, pero esa capitulación no se llegó a hacer válida».
Con motivo del quinto centenario del descubrimiento, Antonio Romeu de Armas, miembro del rectorado de la Real Academia de la Historia de España, recuperó el Manuscrito del Libro Copiador de Cristóbal Colón.
En él se encuentra el pasaje de una carta del navegante y cartógrafo a los Reyes Católicos ofreciendo su primeras impresiones sobre lo que hoy se conoce como la Isla del Encanto.
Así, en el testimonio más directo que se conoce de aquella llegada, Colón afirma que a su «albedrío» esta nueva isla tenía «mejores tierras que Sicilia», con muy buenos puertos, mucha agua, grandes ríos y tierras labradas y limpias de montañas.
«Cometió el error -afirmó el historiador oficial de Puerto Rico en una entrevista con Efe- de decir que sus habitantes comían carne humana, algo que se ha descubierto que no era así».
De hecho, «nunca tuvo contacto directo con los indios, porque éstos se retiraron a lugares más altos, a las montañas del interior, para observar sin ser vistos», explicó sobre la llegada de Colón a unas tierras a las que llamó San Juan Bautista, un nombre que con el tiempo se restringió a lo que hoy es la capital, San Juan.
Con independencia de que fuera Pinzón o Colón el «descubridor» de estas tierras, lo cierto es que hoy es día festivo en Puerto Rico, porque se celebra el «descubrimiento» y también el inicio de una nueva etapa en la historia de la isla, cuya riqueza étnica y cultural se agrandaría aún más con la llegada de esclavos negros unos siglos más tarde.
Pese a la escasa población taína del momento y a todo lo ocurrido desde entonces, un estudio realizado por el médico e investigador universitario Juan Carlos Martínez Cruzado en la década pasada revelaba que el 62 % de los puertorriqueños aún tienen herencia indígena por vía materna.
Además, el 27 % tiene herencia «afronegroide» y el 11 %, europea, pese a que en el censo que realizó por entonces EE.UU. el 80 % de los puertorriqueños se definía como de raza blanca; sólo el 7,9 % se definía como negro o afroamericano, el 7 % como «de alguna otra raza» y únicamente el 0,3 % como indio americano.
«No es cierto que la raza taína desapareciera del todo. En censos de finales del siglo XVIII aparece la presencia de indios y en la actualidad la mayor parte de los puertorriqueños la llevamos en el ADN», resume el reputado historiador.
