SANTO DOMINGO DE GUZMNA, RD.- El cantautor Manuel Jiménez, de fama internacional con decenas de canciones que tararea todo el mundo, como “Derroche”, busca la reelección como presidente de la Sociedad General de Autores, Compositores y Editores Dominicanos de Música (Sgacedom), destacando que bajo su batuta la entidad ha recuperado la confianza y la credibilidad pública.
Jiménez, que también ha apoyado a la agrupación desde su curul en la Cámara de Diputados, garantiza asimismo en el programa de gobierno de la Plancha Unidad y Crecimiento que los miembros de Sgacedom gocen de la seguridad y la transparencia de todos los procedimientos institucionales, y promete poner al día los compromisos internacionales con los socios y suplidores de servicios.
El multifacético Jiménez quiere que los compositores reflexionen antes de emitir sus votos en las elecciones del 21 de enero y que comprueben el avance inconmensurable que ha experimentado Sgacedom bajo su dirección, la que en su opinión pasó de ser una entidad caótica y con poca credibilidad a una institución respetada por todos, aunque reconoce que aún le falta mucho camino por recorrer.
Una de las fórmulas con que pretende mejorar el nivel de Sagacedom es dar un decidido ejemplo de austeridad para poder exigir el máximo comedimiento administrativo y evitar el descontrolado derroche de otros tiempos.
Si la institución no ha avanzado al ritmo requerido, Jiménez piensa que se ha debido a la maldad, al odio, la falta de visión, a la falta de planes, a la cultura del chisme y a la ignorancia, entre otros factores.
En un balance sobre la gestión del último año, resaltó, entre otros puntos, la recuperación de la confianza y la credibilidad pública, y la puesta al día de todos los compromisos internacionales con los socios y suplidores de servicios.
Además, dice que ha habido un significativo ajuste general de los salarios a los empleados, un nuevo seguro y de mayor cobertura para todos los socios; un proceso indetenible de modernización, añadido a la contratación, mediante concurso, de una persona especializada en cobranzas para beneficio de los miembros.
Si bien califica a la administración de Sgacedom de pulcra, sabe que no es perfecta, pero recordó que cuando se ha cometido un error ha tenido la entereza de reconocerlo y proceder a su corrección.
En cuanto a recaudaciones, Jiménez dijo que en 2013 ingresaron 70 millones de pesos a las arcas de la entidad, un aumento del 70 por ciento en comparación con la cifra más alta que se había registrado en un año, repartiendo 31 millones entre los autores nacionales, editores y socios internacionales.
Jiménez es optimista de que si continúa bajo el mando de Sgacedom, sin duda que ésta se convertirá en una sociedad modelo para América Latina, un marcado contraste con la situación existente antes de que asumiera su presidencia, cuando recibió a la entidad totalmente quebrada en todos los sentidos, moral, económica, gerencial y administrativamente, sumida en el más profundo y anárquico desorden.
Sgacedom ya no se detendrá, ha expresado Jiménez, y su avance ha de ser sostenido. Los autores dominicanos, dijo, “en su mayoría, somos conscientes y no estamos dispuestos a aceptar que nadie, caprichosamente, quiera hacerse dueño de lo que nos pertenece a todos. Actuemos unidos y que nadie se deje confundir”.
Para que los miembros de Sgacedom se enteren claramente de los objetivos de su plancha, difundió un documento donde incluyó los principios y criterios con que se desenvolverá su gestión, señalando los puntos de su misión, misión, política de calidad, valores (honestidad, transparencia, eficiencia, equidad, unidad y solidaridad), respeto y armonía) y las propuestas en diversas áreas de interés del gremio.
