Del Casabe, sus Acompañantes y Fabricación

Por JUAN CRUZ TRIFFOLIO

Qué dominicano amante de sus costumbres y tradiciones no ha saboreado, en cualquier momento, el casabe, producto que, a juicio de los entendidos en la antropología y la historia, constituye uno de los aportes dejados por nuestros aborígenes.

Y es que el casabe, ingerido por razones dietéticas o simplemente, como frecuente alternativa alimentaria en los ambientes informales, acompañado de un suculento aguacate, un irresistible chicharrón o pura y simplemente, un queso, salami o mantequilla, es una deliciosa opción para mitigar el hambre, sobretodo, entre los más necesitados.

Pero qué decir de un casabe de la línea noroeste del país al momento de disfrutar de un rico sancocho de siete carnes..?

Ayy papá..!! Es como para chuparse los dedos..!!

Igual podríamos afirmar del casabe, no importa sea salado, con guayaba o con ajo, cuando es parte de “la compaña de un espeso chocolate”.

Eso si es vida..!!

Lo que pocos consumidores saben de este subproducto de la yuca es que su producción conlleva todo un cuidadoso y esforzado proceso capaz de proyectar la dignidad y laboriosidad del hombre del campo dominicano.

Desde el corte de la yuca, pasando por ser lavada, guayada y fuertemente presionada, hasta ser cocida en el legendario Burén, soportando un intenso fuego para finalmente ser empacada, comercializada y luego servida en los hogares, implica que el casabe es el resultado de un verdadero viacrucis que pone de manifiesto la generosidad y productividad del hombre y la mujer rural de República Dominicana.

Sin duda alguna, es una expresión de la subsistencia de un país en el mundo, digno de mejor suerte y donde a pesar de los pesares, se puede..!!