SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- No es uno de esos nombres sonoros que se registran en las lides de la comunicación audiovisual aunque más de la mitad de su vida ha discurrido al servicio de una de las figuras estelares de la televisión dominicana.
Su responsabilidad en la alimentación del Campeón de la televisión dominicana, Rafael Corporán de los Santos, es algo que le llena de orgullo desde aquella ocasión en que logró atenderlo en el inolvidable punto de encuentro capitalino conocido como La Barrica, en 1974, sirviéndole “un suculento plato que llamaba Serenata” y que entre otras cosas, incluía “un chin de bacalao, un chin de arenque, un poco de guineito, algo de yautía y un agregado de Yuca”.
Se trata de Pedrito Acevedo Villanueva, un espigado moreno, quien al hablar del Viejo Corpo, su amigo inseparable, proyecta en su voz y gesticulaciones una inmensa admiración y respeto por el reconocido radiodifusor, al tiempo que pone de manifiesto, en sus francas conversaciones, su grandeza y solidaridad humana.
Recuerda que lleva unos 31 preparando los platos, los jugos y los aperitivos que demanda el conductor del programa Sábado de Corporán y que su permanencia a su lado explica, sin necesidad de muchas frases, el valor de la amistad que ha podido establecer con esa importante y triunfadora figura de la televisión, la radio y la política nacional.
Expresa con satisfacción que a partir del fortuito encuentro en La Barrica, se inició una relación de amistad y trabajo que solo será posible su rompimiento el día de la muerte pues sus vínculos son de padre a hijo.
Al referirse a los gustos más frecuentes al desayunar, Pedrito no pierde tiempo en afirmar que “Corporán es un hombre sencillo, fácil de atender en la mesa y le encantan las torrejitas y el morir soñando, movido de jarro a jarro”.
“Eso es en la mañana pero, al momento del almuerzo, ese hombre es loco con arroz, habichuelas y carne. También con su arenque, su bacalao, su moro, acompañado siempre de guineo, como mono al fin”, expone el fiel cocinero al tiempo que deja escapar una sonrisa.
Cuando le solicitamos hiciera una fotografía verbal del extrovertido Rafael Corporán de los Santos, considerado en justicia como El Campeón de la Televisión, resalta que “es lo mejor como ser humano, solidario y sin poses, pero es una pena haya tenido muy mala suerte con muchos de esos que decían ser sus amigos y que ahora, en el momento más necesario, parece que lo olvidaron”.
Dijo que han sido muchos los que se han retirado como si Corporán ya perteneciera al mundo del más allá y que ya no observa la visita frecuente de quienes, por diversos motivos, venían a visitarlo y compartir amenamente.
“Siento que algunos entienden que Rafael se marchó del mundo de los vivos y ya no veo las mismas caras de antes. Pero no importa, yo me mantendré a su lado hasta que Dios quiera y se vaya él o me marche yo”, apunta con cierto dejo de tristeza Pedrito Acevedo.
Destaca que Corporán encarna su padre y que luego del momento de su partida a la morada eterna, algo para lo que todos los seres humanos deben estar preparados, desearía que todo aquel que le trató lo recuerde “como él siempre ha sido, un hombre solidario, un gran amigo, un buen padre y sobretodo, un dominicano sencillo y sin doble cara”.
Resalta que el laureado productor y conductor de televisión y radio, “nunca ha sido un hombre de poses ni presumido” y que su sencillez siempre es la misma, pues “así lo demostró cuando fue Síndico del Distrito Nacional, próspero empresario y comunicador radial y principal figura de la televisión sabatina en el país”.
Pedrito Acevedo Villanueva tampoco esconde que uno de los grandes y valiosos aportes recibidos de las manos de Rafael Corporán de los Santos constituyó la sorpresa de una donación de un apartamento en donde actual y humildemente reside.
“Mi casa, mi apartamento, se lo agradezco a Rafael. Me lo regaló en Guachupita. Pero algo más, que también no olvido, fue Corporán tres veces de visita y allá, comió ñame con bacalao, junto a nosotros. Es un ser humano muy sensible que ha ayudado a mucha gente”, cuenta el expresivo Pedrito.
Sobre las debilidades humanas que podrían caracteriza al ex propietario del Circuito Corporán, indica que “es un padre amoroso, como hijo, adoraba a su madres y después a Rafito, Corporancito y su hija Cristhian. Luego, sinceramente, de para allá en adelante, es otra cosa. La verdad que no sé, absolutamente, nada”.
Con sus más de tres décadas de vida al lado de
Corporán y su fidelidad absoluta, es innegable que sobran razones para reconocer que hablamos de una pareja de dominicanos nobles, laboriosos y paradigmas de valores trascendentes en la convivencia humana: la amistad y la solidaridad.
Emulemos su ejemplo..
NOTA:
• Esta entrevista fue realizada hace varias semanas en la oficina de Rafael Corporán de los Santos, ubicada en la Avenida Charles Summer, en Santo Domingo de Guzmán, capital de la Republica Dominicana, luego de haber sostenido un diálogo extenso y abierto con el referido productor y conductor de televisión, el cual próximamente reproduciremos a través de este medio.