WASHINGTON.– La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, recibió este miércoles el alta médica y abandonó el hospital de Nueva York en el que estaba ingresada desde el domingo por un coágulo en la cabeza, según informó el Departamento de Estado.
«El equipo médico (de Clinton) ha estimado que está haciendo buenos progresos en todos los frentes, y están seguros de que tendrá una recuperación completa», indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Clinton recibió el alta horas después de abandonar el Hospital Presbiteriano de Nueva York para someterse a pruebas en otras instalaciones, en una salida cuyas imágenes causaron confusión entre muchos medios, que la interpretaron como un alta médica pese a que la secretaria de Estado regresó más tarde al centro.
Finalmente, la titular de Exteriores recibió efectivamente el alta y se dirigió a su residencia acompañada de su marido, el expresidente de EE.UU., Bill Clinton, y su hija Chelsea, que dio las gracias al equipo médico del hospital a través de su cuenta en la red social Twitter.
«(Estoy) agradecida de que mi madre haya recibido el alta en el hospital y esté de camino a casa. Y aún más agradecida de que su equipo médico confíe en que se recuperará por completo», escribió Chelsea.
El Departamento de Estado aseguró que Clinton está «deseosa de volver a la oficina», e indicó que ofrecerá más información sobre su agenda «a medida que se aclare en los próximos días».
«Tanto ella como su familia quieren expresar su apreciación por el excelente cuidado que obtuvo de los médicos, enfermeras y personal del Hospital Presbiteriano de Nueva York», concluyó el comunicado.
Se esperaba que Clinton estuviera en el hospital 48 horas, pero finalmente permaneció en el casi cuatro días mientras le suministraban anticoagulantes para tratar un coágulo situado en una vena entre el cráneo y el cerebro, y derivado de un desmayo que sufrió días antes, mientras se recuperaba de una afección estomacal.
La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, aseguró hoy que la funcionaria estaba «bastante activa y en contacto telefónico con todos nosotros».
Las imágenes de hoy, en las que lucía gafas de sol oscuras y caminaba apoyada en Chelsea hacia una furgoneta, son las primeras en las que se ve a Clinton en público desde el pasado 7 de diciembre, cuando comenzaron sus problemas estomacales.
Su convalecencia le hizo suspender su anunciada comparecencia ante la comisión del Congreso que investiga el ataque contra el consulado de EE.UU. en Bengasi (Libia), en el que fallecieron el embajador estadounidense, Chris Stevens, y otros tres compatriotas.
Su estado de salud también levanta dudas sobre su futuro político. Clinton dejará el cargo en enero -será sustituida por el senador John Kerry, una vez que el Senado lo confirme-, y muchos seguidores ven en ella de nuevo a una candidata presidencial por el Partido Demócrata para las elecciones de 2016.
Clinton ya sufrió un coágulo en una pierna en 1998.