KABUL.- Más de 48 mil niños mueren cada año en Afganistán a causa de enfermedades diarreicas, agravadas por el acceso limitado a servicios médicos, se divulgó en esta capital.
Aproximadamente 73 por ciento de la población afgana carece de acceso al agua potable y 95 por ciento no tiene acceso a servicios de saneamiento, según cifras oficiales de las cuales se hizo eco el sitio digital Khaama Press.
En la capital afgana, apenas 25 por ciento de las personas tienen acceso directo al agua potable.
La mayoría de la población de este país centroasiático, ocupado desde 2001 por tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte encabezadas por Estados Unidos, no tiene acceso a agua corriente y tiene que acudir a fuentes abiertas como ríos, manantiales, arroyos, estanques y pozos normalmente contaminados.
De acuerdo con expertos, a pesar de que Afganistán cuenta con dos mil 775 metros cúbicos de agua por habitante al año (opinan que mil 700 metros cúbicos por habitante al año es suficiente para satisfacer las necesidades domésticas, producción de alimentos, uso industrial, energía y medio ambiente), el país carece de capacidad para gestionar y satisfacer la demanda ciudadana.
Además, solamente hay un trabajador de Salud por cada siete mil afganos y una trabajadora de Salud por cada 23 mil mujeres. El número de maestros en las escuelas se mantiene muy por debajo de los estándares internacionales, con un profesor cada 101 estudiantes y una maestra cada 344 alumnas.
Los expertos creen que el desarrollo informal de las ciudades, carencia de alcantarillado, gran migración de zonas rurales a urbanas, inestabilidad política y social, desastres naturales, sequías y falta de coordinación entre instituciones gubernamentales y organizaciones nacionales e internacionales, hacen imposible cumplir los Objetivos del Milenio para el año 2015.