SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- El Premio Nacional de Literatura Diógenes Valdez elogió la protección social que ofrece el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa) a la población, especialmente a los sectores más pobres. A su juicio, los servicios de SeNaSa deben ser ampliados para que las clases más necesitadas tengan la oportunidad de acceder a servicios de calidad.
Diógenes Valdez, es afiliado en el Régimen Contributivo y en su condición de agregado cultural de la embajada dominicana en Alemania, opta por el seguro de Salud para pensionados y jubilados del Ministerio de Hacienda dispuesto por el Decreto No.342-09.
El expuso sus opiniones durante una visita realizada a la sede principal de la 27 de febrero en Santo Domingo. A continuación los detalles:
Don Diógenes, ¿Por qué se dedicó a escribir literatura?
Salvo este caso excepcional, yo no soy una persona muy dada a la conversación. Entonces de alguna manera tenía que encontrar un medio para expresarme y lo encontré a través de la literatura.
¿Qué impacto han tenido en su salud los servicios que ofrece SeNaSa?
Realmente tengo una deuda impagable con SeNaSa, como la que tiene el gobierno con la deuda externa. Porque yo estuve de Agregado Cultural en Alemania y allá me dio mi segundo infarto. Es decir, que yo tengo dos infartos. En esa situación, lo normal es que me llevaran a una clínica. Me hospitalizaron durante 9 días y los médicos determinaron que debían hacerme un cateterismo, pero después de un análisis llegaron a la conclusión de que mi cuerpo no resistía un cateterismo.
Al día siguiente, me llevaron otra vez al quirófano. Y me dijeron que iban a proceder a una operación de corazón abierto. ¿Qué sucede en ese momento? Suerte que uno tiene el hábito de pensar. Y yo les respondí: “Si yo no resisto un cateterismo, y yo sé lo que es un cateterismo, mucho menos voy a resistir una operación de corazón abierto”.
¿Qué edad usted tiene?
74 años. Entonces, me negué rotundamente. Dije que no. No me querían dar de alta de la clínica. De la Embajada tuvieron que venir a firmar una serie de papeles. No podía viajar en avión porque estando como estaba, solo, una operación de corazón abierto significaba dos meses de convalecencia, donde tú tienes que valerte de alguien para hacer la más mínima necesidad: bañarte, tomarte un vaso de agua, comprarte la comida, preparártela, en fin.
Eso significaba por lo menos 75 mil euros, solamente en servicios de cuidado, más 30 mil euros que costaba la operación. Estamos hablando de más de 100 mil euros, que no los tenía.
Entonces yo tomé la decisión en vista de que si realmente estaba tan mal, y me iba a morir, lo ideal… (lo ideal no es morirse, no!), pero tal vez lo mejor era morirse entre los suyos, entre sus familiares. Y yo dije: “No, yo me voy”. Tomé el riesgo. Tuve la suerte de que me recomendaron un médico, al Dr. Pedro Ureña, y me remitieron a CEDIMAT.
¿Esa recomendación fue estando en Alemania?
No., Estando aquí, yo empecé a hacer las investigaciones.
¿En Alemania, previo al regreso hubo mejoría?
Hubo mejoría, pero realmente yo sentía cada cierto tiempo las molestias, la falta de aire para respirar. Porque algunas de mis venas estaban obstruidas en más de un 80%. Sentía la fatiga, la angina, el dolor en el pecho.
El caso es que llegué aquí con el cuerpo inflamado, no eliminaba líquido. La primera medida que tomó el Dr. Pedro Ureña fue sacarme todo ese líquido y después proceder a la otra parte del tratamiento.
SeNaSa interviene de esta manera: Yo estaba tan desesperado que no esperé la autorización de SeNaSa y decidí operarme con mis propios medios. Gasté la poca economía que había traído, y se procedió. Todo salió bien, y llenados los trámites SeNaSa procedió a reembolsarme lo que yo había invertido con la ayuda de algunas personas.
¿A cuánto ascendieron los costos?
El primer cateterismo costó de RD$300 mil y el segundo 417 mil pesos. En total, se pagaron más de 700 mil pesos. SeNaSa me reembolsó un peso encima de otro. Entonces, tengo la salud porque SeNaSa intervino. Recuperé mi salud con el mínimo posible de inversión. Hasta ahora todo el trato de SeNaSa ha sido de gran exquisitez.
¿Cuál sería su recomendación para que SeNaSa continúe ampliando la cobertura de afiliación?
Lo único que uno puede lamentar, y no es culpa de SeNaSa, es que este tipo de servicio no llegue a sectores más amplios de la sociedad. A sectores que, tal vez, no tienen los recursos para acceder a los servicios, por ejemplo, a CEDIMAT.
Solamente cuando uno está carente de salud es que se da cuenta de lo importante de tenerla. Se puede andar vestido de manera modesta, se puede tener hambre, pero cuando un pobre no tiene salud, entonces se puede decir que es pobre dos veces. Porque no tener salud, aunque uno tenga dinero, es otro tipo de pobreza.