SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Según la opinión del doctor Ramón Martínez Portorreal, la tardanza de doce años que ha tenido en no instalar la figura jurídica del Defensor del Pueblo, se debe única y exclusivamente, “al interés marcado que han poseído los sectores caóticos que imponen criterios y posiciones con actitudes inquisidoras”.
Martínez Portorreal, señala que desde 1991 se ha venido trabajando en la creación de este órgano jurídico como manera de hacer la vida política de la sociedad con más calidad, en la cual los ciudadanos tengan más protección en cuanto a sus derechos fundamentales.
“Es penoso por así decirlo que hasta la fecha, el Defensor del Pueblo solo esté figurando en las mentes de quienes siempre han pensado que las cosas hay que hacerla a la manera de los criterios ideológicos anquilosados y de las creencias religiosas por imposición y del capricho”, expresa.
El experto en derecho constitucional, sostiene que la figura jurídica del Defensor del Pueblo, debe estar al margen de las opiniones y de las imposiciones de los partidos políticos y de los sectores de la iglesia católica, el pueblo merece respeto y no que se le impongan actitudes de gentes con conceptos de heredades.
Porque con estos caprichos que imponen, están violando los artículos 190, 191 y 192, de la constitución de la Republica.
Martínez Portorreal manifiesta que estas imposiciones lo que hacen es demostrar una vez más que los derechos de los ciudadanos, no tienen ningún valor para estos sectores políticos y religiosos. La ética y la moral, que deben ser valores que resalten la actuación de quienes inciden con sus decisiones en la creación de un organismos jurídico, el cual está consagrado en la carta Magna de la sociedad dominicana.
“Pierdo mi reloj y la nación del tiempo en los momentos en que entro en profundas reflexiones, por las situaciones por las cuales está atravesando el caso del Defensor del Pueblo, que por intereses mezquinos todavía es la fecha que la sociedad dominicana, no posee una figura jurídica protectora del pueblo, de los derechos fundamentales de los dominicanos”, concluyó Martínez Portorreal.
El exponente ha escrito un libro titulado: “En Busca del Defensor del Pueblo”, en el cual relata la necesidad que en el país exista un órgano jurídico de esta naturaleza, el cual, servirá, como auditor de los actos de los funcionarios públicos y privados, e instituciones en sentido general.