POR JUAN CRUZ TRIFFOLIO
[email protected]
Sin procurar ser pitonisas ni mucho menos pesimistas nos arriesgamos a asegurar que la poderosa Barrick Gold, como siempre, se saldrá con las suyas.
Al final de las cacareadas “negociaciones” la portentosa empresa minera volverá a reiterar con los hechos que “papeleta mató a menú” y por tanto, con los capitales multinacionales no se osa jugar.
Todo luce que al concluir la jornada la Barrick Gold, Pueblo Viejo Cotuí, será flexible en la entrega de unos puntos porcentuales a favor del Estado dominicano, tal si fuera la donación de migajas a un abandonado y miserable pordiosero.
Con esa actitud hará olvidar la necesidad de preservar un valioso patrimonio natural no renovable al tiempo que contribuirá mínimamente al proceso de continuar cubriendo un hoyo fiscal y por qué no, fatal y fetal, cuyos protagonistas reflejan estar por encima de la aplicación eficiente de las leyes dominicanas.
Ya veremos cómo la Barrick Gold, en ánimo de limpiar “su santo nombre e imagen”, proyectando una actitud típica de santurrones, incluirá como parte de sus concesiones, el realizar algunas obras de carácter social y otras dirigidas a una supuesta preservación del medio ambiente, sobretodo, en la zona donde ha lacerado sensiblemente el ecosistema nacional.
A manera de presagio, aunque alejado de la desesperanza, nos arriesgamos a afirmar que dentro del fardo de conclusiones que envolverá “el supuesto acuerdo Barrick-Estado” vendrá incluida la liberación aduanal necesaria para seguir exportando, sin limitaciones, nuestra riqueza minera, a diestra y siniestra, olvidándose en los hechos las multas que hasta el momento podrían existir por su transportación mafiosa al margen de las regulaciones aduaneras vigentes.
Todo el proceso, a la postre, reiterará el omnipotente servicio que ofrecen las presiones de los organismos multilaterales ante un Estado anémico y acorralado por un contrato leonino que bajo el alegato de un respeto a “la seguridad jurídica”, no tiene otra escapatoria que claudicar y doblegarse.
Lamentablemente, no habrá nacionalización, tampoco se declarará el cantaleteado contrato como cuerpo de delito para someter a quienes abusivamente lo legitimaron, pero mucho menos modificarlo substancialmente en términos favorable para la nación dominicana.
Todo concluirá reflejando que volveremos a “más de lo mismo” y algo todavía más preocupante, de qué manera..!!
Reiteraremos, ante el país y el mundo, que en esta media isla del Caribe, República Dominicana, ya estamos “haciendo lo que nunca se ha hecho”, sólo que para tales fines volvemos a recurrir a “cantar como gallos y poner como gallinas”.
Eso sí, todo transcurrirá, sin olvidar la moraleja del excelente cuento citado por el profesor Juan Bosch, conocido bajo el título de “El Parto de las Montañas” en donde se destaca que luego de tantos ruidos ensordecedores al final se logró el parto de un ridículo ratoncito, en otras palabras: “mucha espuma pero poco chocolate”.
Santo Domingo Este, RD.
Hora: 12:00 mediodía
08 de mayo, 2013