SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- A las 12:30 p.m. de ayer llegó sola manejando su vehículo todoterreno y entró rauda en el parqueo de su residencia, en el sector Los Cacicazgos.
Zoila Martínez Guante se desmontó ataviada con sombrero y ropa deportiva. Expresiva e informal, dice que mantendrá intacta su forma de ser, arropada por los mismos valores con los que nació.
«Yo tenía muchos años que había dejado ese sueño detrás, pero Dios es quien dice cuándo será», confiesa.
Temprano en la mañana del día siguiente en el que el Senado de la República la eligió como la primera Defensora del Pueblo en la historia del país, tomó un taxi y visitó a su compañero de terna para el puesto, el popular médico Félix Antonio Cruz Jiminián.
«El gran humanista dominicano, Cruz Jiminián, es mi amigo personal y particular, es una persona cálida, un emblema nacional yo diría, del humanismo», habló con emoción del médico y filántropo de Cristo Rey.
También visitó la tumba de sus padres en el cementerio Máximo Gómez, donde rezó e hizo un compromiso con una nueva responsabilidad de rango nacional.
No usa teléfono celular, «porque tengo demasiadas personas que me llaman», y lo reafirma ante la interrogante de si a partir de ahora no tendrá que hacerlo como parte sus funciones en esta era tecnológica. «Los seres humanos que nacimos libres de espíritu como yo, no cambiamos», argumenta.
A los tres reporteros que le esperaban frente a su casa, y bajo la lluvia, les reveló que «yo vengo del Sagrario del Altísimo, de pedirle conocimiento y sabiduría a Dios, como le dio a Salomón, para que me dé la paciencia, la luz para saber cómo comportarme en este pueblo que tenemos maneras de ser y de pensar disímiles, como debe de ser».
Ya ocupó, en 1996, el conflictivo puesto de fiscal del Distrito Nacional, donde se destacó por la energía con que ejerció sus funciones, y su preocupación por el maltrato a la niñez. No se impuso, enfatiza, uno de los tres candidatos, Cruz Jiminián, Iraima Capriles o ella.
«Discúlpenme la ropa pero es que yo vengo de caminar y de ahí seguí para el cementerio y para donde Cruz Jiminián, además ese es mi estilo, yo no voy a cambiarlo», aseguró
«El Defensor del Pueblo es un título, pero aquí hay miles defensores del pueblo naturales, miles, que no tengan el título es otra cosa, pero son buenos defendiendo los derechos humanos de este pueblo», continuó expresándose, aunque presurosa tocaba el timbre de la puerta de su casa.
Agradece su elección a Jesucristo, y afirma que sólo con él tiene compromisos, además de con las masas pobres del país, de donde asegura que viene. Más que dirigente política, es conocida como una amiga del fenecido presidente Joaquín Balaguer.
Su función y prioridades
Entre las prioridades para cuando empiece a ejercer sus nuevas funciones, destaca que tiene la meta de «acicatear» la conciencia de los más pudientes, del Estado, las corporaciones y las empresas para ver cómo levantar el ánimo de la juventud.
Le preocupa que haya más de 300 mil jóvenes universitarios que no tienen trabajo, otros en trabajos informales, además de los que llegan repatriados de los Estados Unidos.
Otro punto en su agenda es aliviar la carga que a su entender tiene el país con los niños y niñas o «palomos». Trabajando estos problemas confía en que habrá una mejor seguridad ciudadana.
«Hacer un país más seguro, más humano, más cristiano, levantar el espíritu de los más necesitados de que un día le llegue la esperanza y es todos juntos que tenemos que llevar la esperanza», señala.
La Ley 19-01 del 1ro. de febrero del año 2001 establece que las funciones del Defensor son contribuir a salvaguardar y proteger los derechos fundamentales de la persona, los intereses colectivos y difusos y los medio ambientales.
También velar por la legalidad de las ejecuciones de los funcionarios públicos, y mediar cuando haya conflictos que envuelvan colectivos, y que así lo ameriten.
Valoración
Para Servio Tulio Castaños, vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Zoila Martínez tiene la experiencia y la mesura necesarias para ejercer la función de Defensora del Pueblo. «La doctora Zoila Martínez es una mujer de Estado, ella reúne las condiciones, ella se sometió a un proceso de evaluación», indicó. Para Castaños es importante que el país comprenda que el Defensor del Pueblo no es un «agitador», sino un pacificador, un interlocutor de la sociedad con el Estado. Resalta que entre sus atribuciones están la de indagar y someter.