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NEW YORK.- En su penúltimo viaje a Nueva York como presidente de la república, asistí a un dialogo entre él y un grupo de jóvenes de distintas nacionalidades, le acompañaban el doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho), asesor en materia de drogas, el doctor Cesar Pina Toribio, Ministro de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti, Secretario Administrativo de la Presidencia y los periodistas Pablo Mackinney y Orión Mejía.
Estaba sirviéndome un café en los salones del hotel Palace, en el Midtown de Manhattan, donde suele hospedarse Leonel Fernández, y al darme la vuelta, nos encontramos frente a frente, cuando caminaba rodeado del aparato de seguridad. No fue el primer encuentro entre ambos, pero si el de mayor provecho desde el punto vista periodístico.
Después de saludarlo; la primera y única ráfaga: Señor presidente, su conducta al frente del Estado es un poco extraña, por un lado, sus adversarios lo acusan de tomar medidas neoliberales al aplicar las recetas del FMI, sin embargo, vemos a un Leonel Fernández que tomo la iniciativa de restablecer relaciones con Cuba, reconocer al Estado palestino y apoyando a Argentina en su lucha con Inglaterra por las Islas Malvinas, ¿como define usted ese contraste?
“Me gusta tu análisis, no me habían hecho ese planteamiento. Debo decirte, que aunque parezcan medidas neoliberales, han sido para hacer el bien, nunca para hacer daño. Lo que sucede es que en nuestros países, los que hemos llegado a la presidencia de la república nunca podemos hacer lo que queremos, por ser económicamente dependiente de los más poderosos. Por ejemplo, cuando necesitamos cien millones de pesos para que no colapse el sistema eléctrico, y se lo solicitamos al Fondo Monetario Internacional, (FMI), antes de entregarnos los fondos, nos imponen medidas onerosas, las cuales nos hemos visto obligados a aceptar, en aras de que el país no se apague por completo”.
“Con el Banco Mundial pasa lo mismo; si necesitamos prestamos para desarrollar cualquier sector de la industria nacional, no hacen reparos en las condiciones impuestas antes de derogar los fondos, de manera, que no nos dejan alternativas viables, por eso te decía que no podemos hacer, en lo económico, lo que quisiéramos desde la presidencia. Pero en política exterior, es otra historia, ahí si hacemos lo que entendemos mejor para nuestros pueblos y hacemos uso de nuestra soberanía política. Por ello lo de Cuba, Palestina y las Malvinas, porque ahí no aceptamos cuestionamientos”.
Al preguntarle sobre lo que significo la desaparición de Juan Santamaría para el PLD, solo atinó a decir: “fue muy valioso, y un gran expositor de ideas”.
Acto seguido, me lo quitaron del frente.
El general Medina, dijo: Señor presidente, lo esperan en el Auditorio, por favor. Se despidió con un hasta luego, Amadís.
