Rafaelito Román: Un Maestro Virtuoso del Acordeón

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Rafelito Romón Un Verdadero Maestro del Arcordeón
Rafaelito Romón
Un Verdadero Maestro del Arcordeón

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS, RD.- El acordeonista más pegado no necesariamente es el mejor, dice Rafaelito Román.

Lo certifica esta noche fresca de mayo en el patio de Casa de Arte, donde fue homenajeado y en la que nos regaló el privilegio de verle tocar de cerca güira, tambora y acordeón, acompañado de esa sonrisa de hombre bueno, por eso es un músico completo.

Es él, músico y formador, intérprete del merengue “bien tocao” que nos hace bailar y que nos enorgullece como dominicanos y como gente de paz.

Hijo único de Monguito Román, quien tocaba con la Orquesta Maravilla y luego con su propio grupo en la emisora Voz de la Libertad en Puerto Plata y en el Gran Salón Colón de Long Beach, nació encima de la música porque su padre reparaba acordeones, su mamá Gavina tocaba güira y todos sus tíos tocaban. De ahí viene la música en él. Su admiración por El Santo, ídolo de la Lucha Libre, a quien dibujaba constantemente en los cuadernos, le hace descuidar los estudios. Quizás se trataba de un talento para las artes plásticas, que luego se canalizó con la música.

“Aprendí solo a tocar el acordeón, a los viejos nunca les gusta que los muchachos manoseen sus instrumentos”. A los 15 años de edad tocó su primera fiesta. Recibió 20 pesos como pago para dividirlo entre cuatro músicos, mucho dinero por allá por el 1968.

Después grabó su primer sencillo con los temas “La cañada” y “El negro feliz”, en 1970. Grabó además el merengue “El guabá” junto al gran Tavito Vásquez. “Ahora se graba menos que antes, la gente prefiere esas grabaciones que se hacen en directo, en vivo, no en estudio”.

“Saber cantar no es vocear”.

Rafaelito tiene desde hace años una escuela de formación donde jóvenes aprenden a tocar tambora, güira y acordeón y aprenden a cantar nuestra música. Es un aporte significativo a la difusión y promoción de nuestra música.

Junto a él, que es el músico más completo porque canta, toca güira, acordeón y tambora dentro del género que ha interpretado siempre, está su familia. Hijos y nietos han seguido su carrera y participan como músicos.

“Yo enseño lo que toco y lo voy enseñando lento para que puedan captarlo, si quieren después ace-lerar, eso es otra cosa, pero les enseño despacio para que puedan entender la estructura del merengue tradicional”. Tiene diez hijos y muchos hijos postizos que han pasado por su academia de música. Sin darse cuenta, hace a diario un aporte valioso a nuestra música emblema, el merengue.

Román considera que el merengue moderno no desplazará al merengue típico tradicional. El merengue típico hay que preservarlo, porque es nuestra música nacional.

De hecho, le cuento una anécdota de una empresa donde los ejecutivos se sorprendieron cuando, para una fiesta de Navidad, los empleados, en su mayoría muy jóvenes, pidieron que la fiesta fuera con Rafaelito Román. Entonces le digo, “no todo está perdido…”.