POR ARISMENDY CALDERON
SANTO DOMINGO ESTE, RD.- En el entorno del Faro a Colón se respira descuido acumulado durante años.
Las banderas de cada país desaparecieron.
Las fuentes de agua se secaron.
La hierba creció sin control, acogiendo insectos y alimañas.
Las salas que albergan exhibiciones de naciones de América, Europa y Asia, permanecieron cerradas, a oscuras, a merced del abandono y el deterioro.
Se registraron robos.
La oscuridad fue el mejor aliado de desaprensivos que cometieron fechorías en el Faro a Colón.
La falta de energía eléctrica genera inconvenientes para el trabajo cotidiano y en ocasiones escasea el agua potable para que un turista se lave las manos.
En ese ambiente de contrariedades se trabaja en el Faro a Colón. Pero su gobernador, doctor Mario Bonetti, tiene planes de rescatar el histórico monumento que en sus inicios, a principios de la década del 90, ofreció un deslumbrante espectáculo nocturno, con rayos verticales de la luz emanada de las 156 luminarias colocadas a lo largo del monumento, más una luminaria giratoria que reflejaba una gran cruz en el cielo, que se divisaba a muchos kilómetros a la redonda.
“Cuando asumí el cargo solo funcionaba el primer piso, que se le abre a los visitantes. El segundo y tercer piso estaban cerrados. La razón es que no había luz porque las lámparas se habían quemado y en la oscuridad no se puede mostrar nada a nadie”.
Según el doctor Bonetti, el primer gobernador colombino del Faro a Colón, esa situación se mantuvo durante 15 años y ninguno de sus antecesores resolvió la situación.