SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Los jóvenes de estos tiempos no tienen la menor idea de lo que fue vivir en la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo. Algunos tienen una vaga idea de las dificultades de la «Era» por lo que les cuentan sus padres y, otros solo por lo que han leído en los libros de historia.
No hay forma de contar el nivel de control que tenía Trujillo sobre todas las actividades de la vida nacional.
En lo económico, se calcula que de cada peso que gastaban los dominicanos, cerca de 60 centavos iban a parar, de una manera u otra, a las manos voraces de «El Jefe».
En lo moral y en la vida diaria, todo estaba controlado, como lo prueba este suelto aparecido en la edición de «El Caribe», e1 17 de junio de 1955, probablemente fruto de un chisme o de uno de los cambios de humor del dictador.
La nota, del Jefe de la Policía Nacional, coronel Luis Homero Lajara Burgos, avisaba a los transeúntes que «todas aquellas personas que sean sorprendidas transitando por las calles llevando sus sacos colgados de los hombros o en los brazos, en vez de llevarlos correctamente puestos, serán conducidos a los Cuarteles de la Policía Nacional y se les ocupará dichos sacos, esto además de otras medidas que puedan ser tomadas».
Imagínense lo que era ir con traje, en pleno verano caribeño, al mediodía, y no podérselo quitar para aliviar el calor canicular del Trópico. Y que le confiscaran el saco no era cosa pequeña porque la mayoría (estudiantes y empleados) tenía un solo saco para uso público.
Cualquier cosa que se diga de la «Era» queda pálido ante el control que tenía Trujillo de todas las actividades nacionales.
