A ciencia cierta y de manera categórica, no es posible establecer las razones.
Las presumimos, eso sí…
Pero, tratando de ser sinceros, lució muy flojo el fervor patriótico dominicano en una fecha tan trascendental y gloriosa como lo es el 16 Agosto, para quienes, real y efectivamente, se siente ser, orgullosamente dominicanos.
El paño tricolor brilló por su ausencia en la mayoría de los hogares que conforman nuestras provincias.
Lo mismo ocurrió en el denominado Distrito Nacional.
El fervor patriótico refleja ser un valor, entre otros tantos, en extinción.
No dejemos morir las esperanzas…
Ojalá que el manto de la impotencia no termine arropándonos a todos.
Aún hay patria, no perdamos la fe en la construcción de un porvenir diferente.
Nuestros prohombres no merecen tanta indiferencia e irresponsabilidad.
Cara al viento..!!
A pesar de los pesares, se puede..!!
Empecemos ya…