INGLATERRA.- Una asociación británica, que lucha contra los matrimonios forzados de adolescentes oriundas del subcontinente indio, aconseja a las víctimas potenciales esconder una cuchara en su ropa interior para accionar los detectores de metales en el aeropuerto y llamar así la atención sobre su caso.
La organización Karma Nirvana, con sede en Derby, en el centro de Inglaterra, recibe anualmente 6.500 llamadas relacionadas con matrimonios forzados, cuyas víctimas son, en un 80% según los datos oficiales, jóvenes oriundas de países del subcontinente indio.
El gobierno británico lanzó este verano una campaña para intentar impedir que, bajo el pretexto de las vacaciones, estas adolescentes sean enviadas al extranjero para ser casadas a la fuerza.
Cuando las víctimas potenciales llaman «y no saben si eso les va a ocurrir, ni cuándo exactamente, les recomendamos que escondan una cuchara en su ropa interior», explica Natasha Rattu, directora de Karma Nirvana.
«El objeto metálico así esondido en una parte privada del cuerpo es señalado cuando pasa el control de seguridad, y si la víctima es de 16 años o más, es llevada a un lugar seguro, donde tiene la última oportunidad de revelar, sin que sus padres estén presentes, que quieren obligarla a casarse», explica.
«Varias personas nos han llamado para decirnos que esto les había permitido salir de esa situación peligrosa. Es un método seguro, ya que es algo muy difícil de denunciar cuando la familia está al lado», añadió la responsable.
Karma Nirvana fue fundada por Jasvinder Sanghera, quien debió ella misma fugarse de su casa para escapar a un matrimonio forzado cuando era una adolescente.
La asociación trabaja con los aeropuertos de Heathrow en Londres, de Liverpool y Glasgow, y dentro de poco con el de Birmingham, para intentar sensibilizar al personal sobre los indicios que permitan sospechar un caso de matrimonio forzado, como un tiquete aéreo solo de ida durante las vacaciones escolares de verano o la actitud de la jóvenes.
El año pasado, la oficina del Foreign Office encargada de luchar contra los matrimonios forzados trató 1.500 casos. En una minoría las víctimas eran hombres (18%). Un tercio de las víctimas tenían menos de 17 años. La más joven 2 años y la mayor, 71.
Cerca de la mitad de los casos concernían Pakistán, el 11% Bangladesh,e l 8% India y el 2% Afganistán. El fenómeno afecta también a Somalia, Turquía e Irak.
Las llamadas de auxilio recibidas por Karma Nirvana aumentan en general antes de los viajes de vacaciones del verano, y al final. «Las vacaciones son un momento propicio para las desapariciones de jóvenes, puesto que ya el colegio no está pendiente de ellas», explica Natasha Rattu.
La toma de conciencia gana terreno en el Reino Unido, donde cohabitan diferentes comunidades de inmigrantes, y donde suicidios y crímenes de honor ligados al matrimonio forzado han marcado ya a la opinión pública.
Los expertos estiman no obstante que las víctimas que se manifiestan ante las autoridades y asociaciones no son más que la parte visible del iceberg.
Para sensibilizar a la población, la policía de Essex publicó en su sitio internet el testimonio anónimo de una mujer obligada a casarse con un hombre escogido por sus padres.
La mujer relató su miedo ante las amenazas del padre. «Decía que si intentaba escaparme me encontraría y me mataría, que él prefería ir a la cárcel en lugar de soportar que yo deshonre a la familia», dijo.
Aceptó contra su voluntad «un matrimonio indio» que duró cuatro días. «Esa noche mi marido me violó. Las agresiones continuaron durante ocho años y medio», dijo esta mujer, que terminó por escaparse, no sin antes haber destruido sus documentos de identidad para que nadie la encontrara.