Maestro

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Si aprendiéramos a respetar, a escuchar, a admirar, a preguntar, a sentir empatía por el otro, lograríamos sentirnos alumnos del universo en vez de maestros.
Si aprendiéramos a respetar, a escuchar, a admirar, a preguntar, a sentir empatía por el otro, lograríamos sentirnos alumnos del universo en vez de maestros.

Por JUAN COLON

NEW YORK.- Palabra de mucho respeto que aun en los grandes países del mundo no la usan con frecuencia, aun teniendo razones de sobra para usarla.

Palabra relajada en nuestra cultura, usada sin el menor sentido de respeto en especial dentro del medio musical, a cualquiera se le llama maestro.

Músicos de la grandeza de: Beethoven, Mozart, Mendelson, Bach, Tchaikovsky, Vivaldi, siendo genios de la música no los llaman maestro.

Vivir en Estados Unidos y viajar por muchos países mucho mas desarrollados que el nuestro me permitió entender a cabalidad el respeto para usar esa palabra.

Podemos ver músicos de impresionante estatura: Count Basie, Dizzie Gillespie, Miles Davis, Art Tatun, Oscar Peterson, John Coltrane, Charlie Parker, Michel Brecker, Ron Cartes, Cannonball Adderley, Phil Woods, Mccoy Tyner, Bill Evans, Stan Getz, Freddie Hubbard, Art Farmer, Telonious Monk, Carlos Jobin, Laurindo Almeria, Joe Pass, Astrud Gilberto, Maurice Andre, West Mongomery, Path Matheny y la lista se haría interminable, podemos ver en cualquier actuación que no se les llama maestro.

Aunque sus trabajos ameriten llamarlo así, porque indudablemente son músicos fuera de serie, grandiosos, pero por asuntos de cultura, respeto, sencillez, madurez, solo se menciona su nombre y ya de por si eso inspira respeto.

En Europa se usa con un poco mas de frecuencia el uso de la palabra maestro, en especial a esos grandes intérpretes de música clásica.

Una vez un arreglista mientras estábamos grabando me pidió que le tocara algo de nuevo porque las notas no le gustaban, se lo toqué tres veces y aun así no estaba bien, cuando en un acto de simpleza entre los dos se me ocurre llamarlo por su nombre, enseguida me llamó la atención diciéndome que cuando volviera a llamarlo debía llamarlo maestro fulano, porque él lo era.

Me reí por lo bajo y al darse cuenta se molestó mas y me preguntó por qué me reía, le dije, cosas de la vida, hace apenas una semana vi tocar en vivo a Michael Brecker y al presentarlo nunca lo llamaron maestro, pero ni modo, si usted se siente bien que lo llamen asi ni modo, espero que en su conciencia sepa bien que usted no lo es, pero si le hace sentir bien que se lo digan disfrútelo.

Debido a nuestra falta de conciencia hemos relajado a tan bajo nivel esa palabra que a cualquiera lo llamamos maestro y es algo normal aun no sea aplicable a la música, ya es usado en cualquier profesión.

Vivimos en un país donde queremos sentirnos como lo mejor de lo mejor, debemos aprender de los grandes países las cosas que nos ayuden a crecer como entes individuales y como un conglomerado dentro de la sociedad.

Lo triste es que no queremos aceptar nuestras limitaciones, por eso se nos hace tan difícil trabajar en equipo, por que si soy el dueño todos deben acatar lo que dicte aun sea algo fuera de la razón, una manera inconsciente de sentirnos maestros en todo sentido de la maestra.

Si aprendiéramos a respetar, a escuchar, a admirar, a preguntar, a sentir empatía por el otro, lograríamos sentirnos alumnos del universo en vez de maestros.

Mientras mas cerca del suelo te sientas mas grande el Universo te condecora, no digas tanto lo que eres, no te afanes por demostrar lo que sabes porque ni aun tu propia alma lo puede llegar a creer.

Imita la madre naturaleza, nuestra gran hermana, nuestra gran maestra, nuestra gran puerta que nos lleva a la sabiduría interna, que nos regala la obra majestuosa del Creador minuto tras minuto, años tras año y nunca nos pide que la llamemos maestra.