SANTO DOMINGO, RD.-Un exjefe de la Fuerza Aérea Dominicana, el mayor general piloto (r) Carlos Rafael Altuna Tezanos, cuestionó los criterios aplicados para poner en retiro, recientemente, a varios generales de las distintas ramas de las Feurzas Armadas del país, criterios que considera lesivos a sus derechos constitucionales.
En una carta dirigida al ministro de las Fuerzas Armadas, almirante Sigfrido A. Pared Pérez, el también exsubsecretario de las FFAA Altuna Tezanos afirma que ese proceso fue discriminatorio porque no se ajustó estrictamente al orden de antiguedad, ya que aún están activos más de 50 generales que, en términos de edad biológica o de tiempo en el servicio, superan a los del grupo de pensionados.
La carta, entregada personalmente por Altuna Tezanos al coronel Espinal Benzán, en la sede del ministerio militar, establece que permaneció por 33 años y 8 meses en el servicio militar ininterrumpido, ocupando y ejerciendo con profesionalidad, responsabilidad y honor todas las funciones a nivel operacional, y en el generalato, ejercitando las más altas jerarquías de la cadena de mando, sin manchas ni cuestionamientos.
Agrega que todo el que lo conoce sabe que se ha caracterizado por aplicar los principios de equidad, imparcialidad, justicia e igualdad, en el ejercicio del mando.
“Almirante Pared, usted mejor que nadie conoce que soy un fiel defensor del Anteproyecto de Ley Orgánica, próximo a promulgarse por el Poder Ejecutivo, tras ser conocidas y aprobadas las oportunas y bien ponderadas observaciones presidenciales. En tal sentido, la legislatura vigente y la que será proclamada, en lo relativo al ‘retiro militar’ son prácticamente iguales –mantienen el mismo espíritu e interés– solo que el nuevo estatuto orgánico incluye ciertos aspectos que no fueron contemplados en el anterior, con el fin de fortalecer y transparentar la misma”, sostiene.
Ascensos y retiros
“Aunque parezca utópico, desde mi posición de oficial en uso del buen retiro, seguiré luchando por la anhelada institucionalidad. Por eso apoyo los ascensos y retiros regulares, como están estipulados en nuestro ordenamiento jurisprudencial, que organiza y direcciona todas las normativas e interioridades de los institutos castrenses, como debe tratarse siempre la carrera militar”, asegura.
“Recuerdo, señor ministro, cuando en su primera gestión al frente de la cartera militar, durante la cual fungí como subsecretario de Estado de las Fuerzas Armadas por la Fuerza Aérea –hoy viceministro– en reunión del Estado Mayor General, donde planificábamos el proceso de depuración del personal militar que alcanzó de forma meteórica e irregular, dos, tres y hasta más grados, en un lapso de cuatro años, expresé sin reservas, siendo en ese tiempo el general más joven del organismo colegiado –ante una expresión de un Jefe de Estado Mayor– que esta profilaxis habría de ejecutarse “con los ojos vendados, los oídos tapados y sin el corazón en el pecho”, precisa.
Agrega que “esto así, para que el traumático proceso fuera objetivo e imparcial, ajustándose estrictamente a la Ley Orgánica y a los reglamentos militares, a fin de evitar injusticias, atropellos y arbitrariedades, en sí, para que no se convirtiese en una especie de cacería de brujas”.
Presiones exógenas
Dice que gracias a la existencia de la tecnología, ese proceso de depuración fue rápido, tomando como base la opinión antes señalada, pero que sin embargo, el mismo se vio viciado en cierta forma, cuando se comenzó a recibir y aceptar presiones exógenas con el propósito de favorecer a ciertos ingresados y ascendidos de manera irregular.
“Esta situación, al parecer vuelve a repetirse, pero esta vez en un seudo proceso de adecuación del número de generales y coroneles, al que me suscribo y apruebo totalmente, siempre y cuando el mismo se ajuste estrictamente a lo estatuido en la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas”, asegura.
Recuerda que el almirante Pared Pérez ha expresado en reiteradas ocasiones que los recientes retiros fueron realizados ajustados a un proceso bien ponderado, mediante un criterio sustentado en los “oficiales que estaban en funciones y los que no, y un cruce de edad y tiempo en el servicio”.
“Puedo decirle con todo respeto, sin que con ello pretenda entrar en contradicción con usted, que estas afirmaciones públicas no se corresponden con la realidad de los hechos, pues una simple revisión de los escalafones militares permite determinar que del total de oficiales que aún integran el cuerpo de generales y almirantes, 58 reúnen las mismas condiciones de tiempo en el servicio y edad en límites, iguales o superiores a los que usted ha tomado en cuenta para mi puesta en retiro y de otros oficiales. Muchos de ellos oficiales con suficientes méritos, capacidad y experiencia, pero que fueron mis instructores en la Academia Militar, ostentando grados de capitanes y te nientes, mientras el suscrito era un novel cadete. Resultando una paradoja cronológica que estos aún permanezcan en servicio activo, en virtud a que el mismo orden natural de la vida, determina que los mayores, por regla biológica, parten primero”, dice.
Agrega: “Almirante Pared, convénzame usted con la fuerza irrefutable de la ley y la razón, si fue legal y justo el criterio utilizado para la recomendación de mi retiro en particular, situación que aún con el sabor amargo que produce un sentir discriminatorio, asumo con gallardía, honor y humildad.
Aclaro, que con esto no estoy solicitando reconsideración alguna, solo exigiendo una verdad institucional”.
Declaraciones mediáticas
Asegura que tampoco ha podido entender por qué en las habituales declaraciones mediáticas de Pared, siempre esgrime como argumento la aplicación de la nueva Ley Orgánica, “porque hasta donde tengo entendido, al día de hoy aún no ha sido promulgada por el Poder Ejecutivo, permaneciendo por tanto vigente la Ley 873-1978.
Si así fuese, tanto la normativa propuesta como la actual tendría que ser aplicada por igual a un sinnúmero de oficiales generales en las mismas condiciones que las mías, pero afectados por una mayor antigu¨edad en servicio y edad biológica, algunos de los cuales tienen el agravante de haber ocupado las posiciones de ministros, viceministros, inspectores generales y jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas”.
“En este mismo sentido, usted también ha señalado vehementemente, como una posible justificación anticipada a sus decisiones, que los ‘militares no quieren que les retiren’, lo que a mi entender, al estar basado en percepciones personales y no a estudios bien fundamentados sobre la realidad institucional de los afectados, llevan un mensaje totalmente distorsionado a la sociedad”, dice.
“Entiendo señor ministro, que no hay tal resistencia por parte de los miembros de nuestros cuerpos armados, sino más bien una reacción natural que es típica en todo ser humano cuando se les vulneran sus derechos legítimos adquiridos en el duro trajinar de la profesión.
Ellos, solo cuestionan en silencio el método usado en la selección de los proponentes para el retiro, el cual parece tener una predeterminada fórmula aleatoria, en donde uno puede ser candidato pero el otro no, trayendo simplemente un sentir de inconformidad”, dice.
“Señor ministro, si por el contrario este proceso se produjese estrictamente ajustándose al orden de antigu¨edad, como está instituida de manera taxativa en nuestras normativas militares, sin privilegios y favoritismo, dudo que existiesen esas supuestas resistencias de las que usted habla”, precisa.
“Percibo que muchos oficiales aún guardan su silencio, quizás por sumisión o impericia de la jurisprudencia que nos rige –Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas– o quizás por desconocimientos de sus derechos constitucionales”.
“Almirante Pared, debo decir que aunque usted ha expresado públicamente que los decretos los firma el Poder Ejecutivo, verdad absoluta e irrefutable, es usted como máxima autoridad militar, y más nadie, quien hace las recomendaciones correspondientes del estamento militar al señor Presidente de la República, siendo por tanto la responsabilidad toda suya”.