SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.– Dentro de una casita de madera, cartón y zinc y con el temor de que ésta le caiga encima en cualquier momento, vive doña Argentina y sus cuatro nietos, con edades entre 7 y 12 años, en el populoso sector de La Ciénaga, Distrito Nacional.
La madre de estos niños murió de parto al momento de tener un par de mellizos y como única herencia dejó a sus vástagos y a su madre muchas responsabilidades y un futuro incierto.
El hogar de doña Argentina tiene un escalón más abajo de la pobreza, cayendo así en la miseria. No cuenta con energía eléctrica para iluminar las calurosas y peligrosas noches, su piso es de tierra y como si fuera poco tiene que cocer los alimentos en un anafe o u fogón improvisado por ella misma.
“A mis 58 años de edad es difícil conseguir un empleo o un esposo, para sacar adelante a mis nietos, la única ayuda que tengo es la tarjeta de comida del Gobierno y si no fuera por ésta no sé qué sería de nosotros”, sostiene doña Argentina al momento en que se aprieta las manos.
La señora se refiere a la Tarjeta Solidaridad del programa “Comer es Primero”, a través del cual el Gobierno dominicano hace llegar ayuda a algunos de los hogares pobres del país, con un monto que ronda los RD$825 mensuales, recursos destinados para la compra de alimentos.
Este dinerito puede llegar a ser mayor dependiendo de si la tarjeta tiene agregados algunos subsidios como son el Bono Gas y el Bono Luz, pero estos beneficios no llegan ni siquiera a la mayoría de los pobres del país.
Entre aquellos que no reciben la ayuda del Gobierno está el señor Pedro Pérez, un anciano de 76 años que con manos y voz temblorosas a causa de un derrame cerebral que le afectó, afirma haber solicitado la Tarjeta Solidaridad desde hace ocho años (en el 2005) sin que hasta el momento se le haya beneficiado con ella, pese a que ha ido en varias ocasiones a la oficina del Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), organismo gubernamental que evalúa e identifica a los posibles candidatos para la ayuda.
El señor Pedro Pérez dice que en su comunidad hay personas que poseen la tarjeta, aunque cuentan con un nivel económico más elevado y con la capacidad productiva con la que él no cuenta; le pide al Gobierno tomar en cuenta a las personas que realmente lo necesitan al momento de otorgar las ayudas sociales.
En la ribera del rio Ozama vive Jesús Martínez, quien dice ser dirigente comunitario, y afirma que en su barrio los planes sociales del Gobierno han beneficiado a muchas personas, pero se queja de que algunos hogares hay asignadas dos y hasta tres tarjetas del programa “Comer es Primero”, mientras otros necesitados del subsidio no reciben nada.
“No es justo que porque tú seas peledeísta o trabajes para el Gobierno tú seas beneficiado, en tanto que tu vecino se muere de hambre y tú no lo ayudas…eso es ser mezquino”, sostuvo Martínez.
El dirigente comunitario también se quejó de las distribuidoras de electricidad, ya que según él, cuando las personas van a pagar la energía eléctrica con el Bono Luz se encuentran con la sorpresa de que deben pagar un monto mayor del dinero que contiene el subsidio.
Altagracia Matos, una madre soltera de seis hijos que reside en el sector de Los Guandules, Distrito Nacional, dice que sustenta a su familia vendiendo helados y con la ayuda que recibe a través de la Tarjeta Solidaridad.
“Yo mando a mis hijos a la escuela y por eso el Gobierno me pone un dinerito extra en la tarjeta, la ayuda por la asistencia escolar de los niños llega un mes sí y un mes no, y aunque la comida que se puede comprar con la tarjeta no dura muchos días yo sobrevivo como puedo”, manifestó Matos.
El sector de los pequeños comerciantes de los barrios es uno de los que más se ha beneficiado con el Programa Comer es primero, ya que son éstos los que le venden las comida a los subsidiados.
De acuerdo al señor Manolo, propietario del Super Colmado Manolo, son muchas las personas que acuden cada mes a comprar sus alimentos con su tarjeta en mano.
“Lo peor de todo es cuando estas personas tienen días que se les terminó su comidita y cuando vienen a comprar con su tarjeta los RD$825 pesos aún no han sido depositados, ya que el dinero no siempre se deposita en una fecha exacta”, consideró el comerciante.
Según la página web de la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS), que coordina la Vicepresidencia de la República, el programa de subsidios que inició bajo el decreto presidencial No.1560-04, del 16 de diciembre del 2004, ha beneficiado a 938 mil doscientas personas en todo el país. De acuerdo a la misma fuente, el Gobierno ha otorgado un monto de RD$52,265,733,782 en subsidios sociales.
Durante la elaboración de este trabajo se intentó contactar al organismo correspondiente a fin de obtener su versión sobre las inquietudes recogidas en los barrios, pero los esfuerzos no resultaron.
Esta periodista realizó varias llamadas a la responsable de las comunicaciones de la Vicepresidencia de la República, Petra Rondón, en busca de reacciones respecto al impacto de la Tarjeta Solidaridad en la población, pero solo recibimos la promesa de regresar la llamada más tarde, cosa que nunca sucedió al cabo de varios días o semanas.
Sobre el subsidio “Comer es Primero”, este subsidio mensual se entrega a cada jefe o jefa de familia beneficiaria para adquirir los alimentos de la canasta básica familiar. Está disponible los días 10 de cada mes, por un monto de RD$825.00 por beneficiario.
Bonogás Hogar
Subsidio mensual para el consumo de gas licuado de petróleo de uso doméstico.
Está disponible los días 25 de cada mes por un monto de RD$228.00 por beneficiario.
Para este trabajo se intentó contactar al organismo correspondiente a fin de obtener su versión sobre las inquietudes recogidas en los barrios, pero los esfuerzos no resultaron.