CHINA.- Una persona murió y ocho más resultaron heridas este miércoles por varias explosiones, causadas aparentemente por artefactos explosivos de fabricación casera, frente a la sede provincial del Partido Comunista de China (PCCh) en Taiyuan, informó la Policía.
El suceso ocurre diez días después de que cinco personas murieran y 40 quedaran heridas cuando un vehículo se incendió en la plaza de Tiananmen en Pekín y a sólo tres de la apertura de una reunión de la cúpula del régimen comunista considerada clave.
El gobierno provincial ha indicado, en su web, que hay al menos un muerto y ocho heridos, uno de los ellos en estado grave.
Además, dos vehículos han quedado destrozados por la explosión, se indica en la página en internet, en la que se atribuye el incidente a artefactos explosivos de fabricación casera.
La televisión estatal china, CCTV, afirma que las bombas estaban ocultas en los parterres de la calle donde se encuentra el edificio oficial, de doce carriles de tráfico.
La explosión se convirtió rápidamente en uno de los asuntos más comentados en las redes sociales chinas, donde las fotos de algunos internautas permitían ver clavos y pequeñas bolas metálicas desparramados por la zona de la explosión.
Según la agencia oficial Xinhua, el hallazgo de esas bolas y de circuitos eléctricos apunta a bombas de fabricación casera.
El área quedó acordonada tras la explosión, pero se abrió de nuevo al público.
La Policía ha abierto una investigación sobre el suceso, que se produce apenas tres días antes de que se inaugure una reunión clave de la cúpula comunista china, el III Plenario del Comité Central en el XVIII Congreso, donde se espera el anuncio de una amplia serie de reformas, la mayoría de ellas económicas.
Hasta el momento, las autoridades chinas han eludido responsabilizar a nadie del incidente.
El suceso de Tiananmen del pasado lunes fue calificado por el Gobierno chino de acto terrorista perpetrado por miembros del Movimiento Islámico de Turkestán Oriental (ETIM), grupo radical uigur, etnia de religión musulmana mayoritaria en la región autónoma de Xinjiang.
Este miércoles, en su rueda de prensa diaria, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei, no quiso dar detalles acerca de la explosión en Taiyuan y se limitó a señalar que el Ministerio de Seguridad Pública «investiga el caso» y «ofrecerá información a su debido momento».
Preguntado sobre si este suceso y el ataque terrorista en Tiananmen pueden ser indicios de malestar social antes de que comience del Plenario, este fin de semana, Hong se limitó a replicar que esa reunión es de «gran importancia» y que espera que «triunfen las reformas aperturistas».
Las explosiones en edificios oficiales son raras en Chinas, pero hay algunos precedentes. En 2011, el granjero Qing Mingqi lanzó un ataque suicida en el que murieron él y otras dos personas en las cercanías de unas oficinas gubernamentales en la ciudad de Fuzhou, en el este, para protestar contra la expropiación de sus tierras.
Este julio pasado, un peticionario discapacitado hizo estallar un pequeño artefacto explosivo en el aeropuerto de Pekín para llamar la atención sobre su minusvalía, causada por la paliza que le dieron unos guardias de seguridad.
Un equipo de investigadores en la lucha contra la corrupción llegó a Taiyuan la semana pasada para examinar las cuentas de las autoridades provinciales y se espera que permanezca unos dos meses.
El martes, la Comisión Central para la Inspección de la Disciplina, un órgano del PCCh del que dependen los inspectores, lanzó un llamamiento a los ciudadanos con reclamaciones personales para que no abrumaran al equipo.