Vargas Llosa, el reaccionario global

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Aunque el precio pagado por Perú al preferir a Fujimori no fue precisamente el menor, por lo menos se libraron de ser gobernados por una de las mentes más reaccionarias-aunque brillante en términos literarios-como ha devenido Vargas Llosa.
Aunque el precio pagado por Perú al preferir a Fujimori no fue precisamente el menor, por lo menos se libraron de ser gobernados por una de las mentes más reaccionarias-aunque brillante en términos literarios-como ha devenido Vargas Llosa.

Por Nelson Encarnación

En 1990 los peruanos se vieron sometidos a una difícil encrucijada, cuando tras la primera vuelta electoral, el ballotage tenía que decidirse entre el afamado escritor Mario Vargas Llosa y un opaco ingeniero llamado Alberto Fujimori.

Vargas Llosa había ganado el primer lugar sin alcanzar el porciento legal para ser declarado Presidente, mientras Fujimori le seguía en el segundo puesto.

Las encuestas durante toda la campaña electoral habían sido encabezadas por el autor de La tía Julia y el escribidor, y se daba por hecho que sería elegido para gobernar el Perú.

Sin embargo, el gris Fujimori había realizado una extraña campaña electoral arriba de un tractor, y partiendo de cero le disputó la segunda ronda a Vargas Llosa, venciéndole 60/40.

¿Qué influyó tan poderosamente para que el rector de la Universidad Agraria La Molina, sin militancia política, sin entrenamiento como tal y sin partido conocido, finalmente venciera a una personalidad de fama allende el continente como Vargas Llosa?

Los análisis poselectorales concluyeron en que los peruanos se dieron cuenta que era mejor tener a Vargas Llosa como un gran novelista y no entregarle el gobierno, donde la realidad supera la ficción y los resultados de una mala gestión pueden ser catastróficos.

Aunque el precio pagado por Perú al preferir a Fujimori no fue precisamente el menor, por lo menos se libraron de ser gobernados por una de las mentes más reaccionarias-aunque brillante en términos literarios-como ha devenido Vargas Llosa.

Y es que luego de su coqueteo izquierdista, montando sobre el “boom latinoamericano” de los sesenta y setenta, Vargas Llosa se transformó en un conservador que ve la sombra del marxismo incluso donde lo que hay en realidad es justicia social.

Pues bien, la andanada que Vargas Llosa lanzó contra la República Dominicana en su reciente desahogo en el diario El País, de España, hay que verla en su tendencia a la descalificación de países y personalidades cuando algo no va con su pensamiento.

Lo ha hecho en el pasado contra el México priísta; lo hizo en demasía contra Hugo Chávez; la ha emprendido reiteradamente contra Rafael Correa y Evo Morales, y ni decir de la revolución cubana.

De modo que bienvenidos los ataques de Vargas llosa contra la República Dominicana, sus instituciones y todos los que apoyan que nuestro país regule la inmigración, respetando los derechos humanos.

Tenemos que reconocer, finalmente, que Vargas llosa es un águila que vuela muy alto, mientras nosotros somos simples moscas. Pero a veces hasta una insignificante mosca puede provocar que un águila se estrelle contra un acantilado.