La mediocridad

0
100
¡Ay!, el gran Larousse ilustrado define la mediocridad como medianía, persona de poca importancia.
¡Ay!, el gran Larousse ilustrado define la mediocridad como medianía, persona de poca importancia.

Por Domingo Porfirio Rojas Nina

De acuerdo con varias definiciones, entre ellas algunas encontradas en el diccionario Magister, mediocre es igual a mediano, regular, común, mezquino, imperfecto, ruin, limitado y simple.

Así, la mediocridad equivale a medianía, vulgaridad, insignificancia, mezquindad, pequeñez, inferioridad, insuficiencia. Los antónimos de esta frase son: grandeza, importancia, superioridad, talento y notable.

El talento y la grandeza moral, social, espiritual, ético, honestidad, capacidad, civismo y trayectoria luminosa de hombres y mujeres de diferentes actividades y funciones, no se improvisan jamás, sino son procesos, largos tiempos, firmeza, sufrimientos, muchos años sustentando y probando ante la conciencia social y dominicanista en vida y también luego de muerte, la reciedumbre, el sacrificio, las lágrimas, venciendo y superando humillaciones, ultrajes, subestimaciones, hambres, vestimentas, miserias, amarguras, dolores, y profundos lamentos que calan y llegan hasta las introspecciones del alma humana.

La superación es obra del esfuerzo titánico, audaz, vehemente, constancia y tampoco se logra ni se improvisa, ni llega de hora a hora, ni de día a día, sino de tiempo entiempo, pues sobre las olas del tiempo, la tristeza vuela, y como refería el eminente Miguel del Cervante Savedra: “Ayer lloraba el que hoy ríe y más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón”.

Y así la grandiosa Golda Meir expresa: “Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír”. Sustento que sin esfuerzo no hay victoria, y así Charles de Gaulle dijo: “La gloria se da solo a quienes siembre la han ganado”. Pienso que esa gloria solo debe medirse por los méritos y las formas que se ofrecen hasta poder vencer con demostraciones, hechos y acciones patentes que se pueden probar hasta en el modo de vida, trabajo y valentía.

¡Ay!, el gran Larousse ilustrado define la mediocridad como medianía, persona de poca importancia.

Agradezco a la talentosa joven amiga Yania Blanco Puello, hija de mi adorable hermana y comadre Miriam Puello, haberme facilitado estas notas que descubrió en su celular que expresan: “No es la apariencia, es la esencia, no es el dinero, es la educación, no es la raza, es la clase”, gracias, gracias.

¡Ay!, termino con estas definiciones de prohombres geniales: “Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de ellos. Y Francisco Petrarca decía: “son los mediocres los que atrasan el desarrollo de la ciencia”, y yo agrego de las instituciones y los pueblos.

Horacio refiere: “Has triunfado quien unió lo útil a lo agradable, el hombre preparado para la lucha como quien esto escribe, modestia y aparte, ya ha conseguido triunfar”.

Para alcanzar grandes peldaños y triunfos, debemos saber esperar, llevar sin ser insidioso y luego reír y volver a reír.

¡A dios los mediocres!