SAN JUAN.- Los ministros de Asuntos Exteriores de Jamaica y de Trinidad y Tobago se reunieron hoy para tratar de mejorar las relaciones entre ambos países, que se han tensado en los últimos meses por cuestiones migratorias.
Según detalló el Gobierno de Jamaica, este encuentro forma parte de una reunión de dos días en la que se debatirá sobre la aplicación de los acuerdos de libre movimiento de personas firmados por ambos países en el seno del Mercado Común de la Comunidad del Caribe (CSME, por su sigla en inglés).
El ministro de Asuntos Exteriores y Comercio Internacional de Jamaica, A.J. Nicholson, y su homólogo de Trinidad, Winston Dookeran, debatieron este lunes en Kingston, capital de Jamaica, sobre cómo impulsar el comercio bilateral entre dos de los países más importantes de la débil Comunidad del Caribe (Caricom).
La tensión entre ambos países acumulada en los últimos meses se elevó llamativamente cuando el pasado 21 de noviembre agentes trinitenses de aduanas negaron la entrada al país a un grupo de trece jamaicanos, alegando que podían convertirse en «una carga para el erario público».
Este rechazo, completamente justificado según las autoridades de Trinidad, fue ampliamente recogido por los medios locales y elevó la indignación entre la ciudadanía jamaicana, que impulsó a través de las redes sociales un boicot a los productos trinitenses, al tiempo que el Gobierno de Jamaica emitió un aviso a los ciudadanos que planearan viajar Trinidad y Tobago.
«El trato que se da a los Jamaicanos en el Aeropuerto Internacional de Piarco y el creciente número de jamaicanos que son deportados de Trinidad y Tobago ha generado una gran indignación», reconoció hoy Nicholson en declaraciones a la prensa recogidas por el diario Jamaica Observer.
Ello se ha traducido además, dijo, en la «pérdida de la buena voluntad por parte de muchos jamaicanos en el país y en la diáspora en Trinidad y Tobago», un país donde los controles de inmigración en el aeropuerto internacional son particularmente tediosos.
La tensión entre ambos países ha llevado a llamados desde Jamaica a boicotear los productos de Trinidad y Tobago, lo que hace temer una «guerra comercial» que ambas partes quieren evitar.
Jamaica importa cerca de 700 millones de dólares en productos de Trinidad (la inmensa mayoría relacionados con combustibles y lubricantes), mientras que exporta en torno a 18 millones de dólares.
«Estoy seguro de que estas conversaciones ayudarán a traer claridad una vez más y demostrarán que los desafíos que surgirán de vez en cuando en cualquier movimiento de integración se deben cumplir con templanza y madurez», dijo Nicholson en un comunicado.
Durante los dos días de reuniones está previsto que se revisen los acuerdos sobre libre tránsito de personas establecidos en el Tratado Revisado de Chaguaramas del que ambos son firmantes, entre otros asuntos en materia migratoria y de relaciones bilaterales.
La tensión entre Jamaica y Trinidad y Tobago, dos de los países más influyentes del Caribe anglófono, son motivo de preocupación también de Caricom, una sociedad que integra a quince países caribeños y que lleva años estancada en su objetivo de estrechar lazos en la región para fomentar el crecimiento económico y el desarrollo de sus sociedades.