L’Artobonite (Haití).- Un contingente militar ecuatoriano concluye hoy su misión de nueve meses en la región central haitiana del valle de L’Artobonite, donde construyó obras de infraestructura por más de 30 millones de dólares.
La misión militar, a cargo del mayor Marcos Navas, materializó la cooperación de Ecuador en el país caribeño con la construcción de dos puentes, 80 kilómetros de vías asfaltadas con doble tratamiento bituminoso y dos alcantarillas de doble cajón.
El grupo de militares ecuatorianos también construyó un jardín de niños, adecuó dos escuelas y restauró tres centros de salud, entre otras obras.
El sargento segundo de Infantería del Ejército ecuatoriano Miguel Ángel Jacho, encargado de la albañilería, explicó a Efe que desde marzo las jornadas fueron «bastante prolongadas».
«Estamos muy contentos porque les dejamos obras que ayudarán a mejorar la atención al público», señaló Jacho.
Una vez que entreguen hoy las obras ejecutadas y la maquinaria que se adquirió para los trabajos de ingeniería y construcción, el contingente ecuatoriano también traspasará su campamento a los militares haitianos, que se formaron en Ecuador.
Entre enero y agosto de este año, diez oficiales y treinta soldados haitianos estuvieron en el país suramericano asistiendo a cursos de formación militar para poder apoyar a la misión ecuatoriana en L’Artobonite.
El teniente especialista Tesnor Wolsby, el más antiguo entre sus compañeros, manifestó que han aprendido mucho de los ecuatorianos y ahora tienen un gran reto para trabajar por el desarrollo de su nación.
«Estamos agradecidos por la ayuda y amistad», dijo el militar haitiano, y añadió que «los ecuatorianos son muy trabajadores y ahora pueden regresar muy orgullosos a su país».
Los militares de ambos países se comunican en español, pero no faltan las palabras y frases que aprendieron los ecuatorianos del Creole, lengua nativa de Haití, para despedirse de sus amigos.
Las misiones de cooperación de Ecuador en Haití comenzaron meses después del terremoto que afectó al país caribeño el 12 de enero de 2010, que dejó unos 300.000 muertos, 1,5 millones de damnificados y grandes daños en las infraestructuras de la nación más pobre de América.