Nasco y Yandel: Justicia para los dos lados

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Que quede claro, en ningún momento justificamos el hecho criminal, pero si apelamos a la Diosa Temis, o a la justitia para que la balanza no sea inclinada por la fama, y que como dijo Jesús, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
Que quede claro, en ningún momento justificamos el hecho criminal, pero si apelamos a la Diosa Temis, o a la justitia para que la balanza no sea inclinada por la fama, y que como dijo Jesús, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.

Por: Miguel Melenciano

Ningún asesinato en el mundo tiene justificación, salvo raras excepciones, las cuales están determinadas, por  leyes y reglamentos que poseen en sus ordenamientos jurídicos, algunas naciones, en donde se establecen pena capitales cuando son violados estos códigos.

Así mismo, las normas morales como aspiración del buen comportamiento de los ciudadanos,  van íntimamente unidas al derecho penal. Muchas disposiciones penales son el resultado de normas morales.

Ahora bien, existen circunstancias atenuantes, que podrían poner en libertad en corto tiempo, a criminales, aún encontrándose reunidas, todas las pruebas del crimen cometido, pues, así se encuentra establecido en nuestros andamiaje jurídico.

SUPUESTOS CRIMINALES DE CLAUDIO
La justicia debe ser igual para todo, independiente del hecho cometido, ya que la sociedad debe velar también, por los carentes de solemnidad, que por la pobreza extrema en que se encuentran, se ven obligado a ceder, a cualquier propuesta indecente.

Como ejemplo  podemos mencionar, el caso reciente, del vil asesinato del comunicador Claudio Nasco, en donde un elemento importante ha sido puesto en el tapete por los familiares y vecinos de los asesinos; las relaciones amorosas del comunicador, con un joven, desde que apena contaba con 15 años de edad, ósea un menor.

Este elemento debe ser tomado en cuenta, al momento de que la justicia elabore su presupuesto probatorio, que podría llevar a una codena penal, a quien o quienes, a cometieron este horrendo crimen.

Pues en este caso, se presentan dos vertientes; por un lado está el hecho concreto del asesinato del comunicador, así como, todos los elementos que conllevaron a ello; y por el otro, nos encontramos con la perversión de un menor, y los traumas sicológicos que éste ha acarreado, a partir de esta relación a destiempo.

Nos referimos a este elemento, en el entendido de que la justicia debe ser igual para todo, independiente del hecho cometido, ya que la sociedad debe velar también, por los carentes de solemnidad, que por la pobreza extrema en que se encuentran, se ven obligado a ceder, a cualquier propuesta indecente.

Que quede claro, en ningún momento justificamos el hecho criminal, pero si apelamos a la Diosa Temis, o a la justitia para que la balanza no sea inclinada por la fama, y que como dijo Jesús, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.