Por Nélsido Herasme
El doctor Emmanuel Esquea es harto sabido que es una autoridad moral del Partido Revolucionario Dominicano y un referente ético de nuestra sociedad. Por ello cuando toma postura ante la crisis que arrodilla a su organización política lo hace con el mayor desprendimiento y el ardiente deseo de que las cosas mejoren para bien de esa colectividad.
Esquea, a quien le ha caracteriza la sinceridad, está asumiendo su papel de Presidente de la Comisión Consultiva y lo hace para que la dirigencia nacional, media y baja jueguen el papel que están llamada para superar la crisis que sacude al partido blanco.
Mientras algunos, de manera irresponsable murmuran y se mofan, tratando de ridiculizar su posición, nosotros reverente y con genuflexión respetamos y valoramos en su justa dimensión el esfuerzo y sacrificio que hace el jurista a la causa de su organización.
Nosotros sabemos que las altas cortes salidas del vientre de los acuerdos de las “Corbatas Azules”, fuera de Miguel Vargas, jamás le darán ganancia de causa a ningún otro sector del PRD.
El perredeista que somete una instancia en el Tribunal Superior Electoral, lo hará convencido, como Emmanuel Esquea, creyente en la historia y no en el momento, pero sabiendo, que le pasará lo mismo que a Nelson Mandela, que siendo el representante de la inmensa mayoría negra en Sudáfrica, fue juzgado en un tribunal de blancos.
Yo, en cambio soy de los que creen en la movilización nacional de las bases del PRD, que es donde, según lo estatuido en su normativa, reside la soberanía.
Si la máxima dirección del PRD continúa enclaustrada en reuniones de banco y sillas y opositores de Vargas hablado diferentes idiomas, sépase que al final la victoria será de los traidores.
Si los buenos del PRD no avanzan ahora, les pasará igualito que al doctor Salvador Allende en 1973, en Chile, que mientras los perversos pinochetistas, armados hasta los dientes disparaban con armas sofisticadas desde los cuarteles, el presidente de la dignidad, siendo jefe supremo de las fuerzas armadas, caía en La Moneda disparando con un sencillo revolver.
Miguel Vargas está hoy muerto de risa y satisfecho del espaldarazo que le han brindado el gobierno del PLD y las cortes de Leonel, quien borracho de locura y poder puede, como el emperador Romano Calígula, nombrar a su perro en cualquier departamento del PRD.