Higüey, La Altagracia, RD.- El presidente Danilo Medina y su esposa, la Primera Dama Cándida Montilla de Medina, asistieron hoy a la Basílica, donde presenciaron la misa dedicada a la Virgen de la Altagracia, patrona del pueblo dominicano.
Con esta visita en ocasión de conmemorarse hoy el Día de Nuestra Señora de la Altagracia, el jefe de Estado y la Primera Dama de la República, se unieron a los miles de devotos que recorren largas distancias y confluyen desde todos los puntos del país, para hacer manifiestos su fe y su fervor religioso.
La misa fue concelebrada por monseñor Nicanor Peña Rodríguez, obispo de la Diócesis de La Altagracia, y sacerdotes invitados de otras comunidades.
El acto religioso contó con la presencia de autoridades civiles y militares, miembros de la Judicatura Nacional, del Cuerpo Diplomático acreditado en el país, e invitados especiales que comenzaron a llegar temprano al templo religioso.
Aunque la ceremonia estaba pautada para las diez de la mañana, el Presidente y la Primera Dama llegaron a la explanada de la Basílica a las 9 y 49 minutos, y fueron recibidos por el rector del templo religioso, Jorge Dionel Hernández.
Con la llegada del Presidente Medina, le fueron rendidos los honores militares de estilo, con el disparo de una salva de 21 cañonazos, a cargo de un batallón de la Guardia Presidencial.
Con el gobernante llegaron los ministros Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta y de Obras Públicas, Gonzalo Castillo.
Entre los invitados especiales se encontraban el senador Amable Aristy Castro, su esposa Angélica, su hija Karina, alcaldesa del municipio de Higüey, empresarios turísticos y hoteleros, y comerciantes locales.
Uno de los primeros en llegar fue el banquero Alejandro Grullón, quien lo hizo acompañado de su esposa, la señora Melba de Grullón.
Renovar fe en Dios
En su homilía, monseñor Nicanor Peña Rodríguez hizo un llamado a los dominicanos para que renueven la fe en Dios, en su hijo Jesús y en la Virgen María.
“Queridos hermanos, ante la mirada de la Virgen de la Altagracia, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios”, dijo.
Señaló al mismo tiempo las necesidades que tiene la sociedad dominicana, las desigualdades y los males que se deben mejorar como la división en muchos estamentos de la familia dominicana.