Por Juan Cruz Triffolio
Sociólogo – Comunicador Dominicano
Ya era tiempo..!!
El momento no pudo ser más oportuno.
El escenario resultó idóneo y por tanto, había que utilizarlo para, sin desperdicios y sin verbo iracundo, aunque con la energía típica del caribeño, ponerle la tapa al pomo del chantaje.
El presidente Danilo Medina Sánchez se ha coronado con la gloria al tiempo que engrandece la nación, recordando que vivimos en un pueblo en donde no aceptará que “nadie, ni chiquito ni grande, atente contra la soberanía de la República Dominicana”.
En su histórica y trascendental intervención, en la recién finalizada II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en la cuna del Apóstol José Martí, el mandatario criollo, expuso con claridad y precisión meridiana que “no es cierto que en la República Dominicana se le ha quitado la nacionalidad a nadie” porque a decir verdad, “Usted no le puede quitar a nadie lo que no tiene”.
Sus elocuentes y convincentes palabras, sin necesidad de la estridencia y las poses propias de los teatreros en los podios internacionales, tronaron en la conciencia colectiva regional para encumbrar y fortalecer el pundonor valor de la dominicanidad y frenar los escarnios de quienes de manera insolente y desalmada procuran proyectarnos como una nación racista, discriminatoria y violadora de los derechos humanos.
Y hacía falta..!!
Empleando una oratoria al margen del rodeo florido, el licenciado Medina Sánchez fue escueto y persuasivo cuando destacó que las decisiones en materia de regulación migratoria y documentación de la población en nuestro país, “corresponde única y exclusivamente a las instituciones competentes de la nación dominicana” y en consecuencia, sugirió que “aquellos que se pronuncien sobre este tema lo hagan respetando siempre los límites de nuestra soberanía”.
El ejecutivo de la nación dominicana, eleva y expande su dimensión humana y de estadista latinoamericano cuando, en el entramado de su intervención, llama a no olvidar los incalculables y diversos aportes que desde hace un considerable tiempo ha realizado el pueblo de Juan Pablo Duarte, sobretodo, en los momentos de dolor, angustia y pesares, a la nación Toussaint Louverture, los cuales, sin duda alguna, lleva al terruño de Luperón y Caamaño a ser aquilatado, en justicia, como el país del mundo donde mejor tratamiento recibe un nacional haitiano.
Por eso, en honor a la verdad, quiérase o no reconocer y tal como lo subrayara el presidente Danilo Medina Sánchez, es un axioma de Perogrullo que la Republica Dominicana ha sido el Estado más solidario con la Republica de Haití.
Finalmente, se engrandece el gobernante Medina Sánchez cuando de manera responsable y diáfana recordó que la nueva Constitución Dominicana, en su artículo 184, establece que “las decisiones que emanan del Tribunal Constitucional son definitivas, irrevocables y vinculantes a todos los poderes del Estado”.
De inmediato y con una precisión envidiable, respondiendo a su rol de auténtico demócrata, el mandatario de origen sanjuanero, subraya que “nosotros vivimos en un régimen de derechos y si el Presidente de la Republica no aplica la sentencia del Tribunal Constitucional, se expone incluso a un juicio político en el Congreso” Nacional “por violación a la Constitución de la República”.
En pocas palabras, la exposición del mandatario Medina Sánchez fuera de poner al desnudo la firmeza y el valor de un gobernante en la defensa y el respeto a la soberanía de su pueblo, regocija y unifica a sus gobernados en la materialización de nobles proyectos que engrandecen el suelo patrio.
El júbilo se hace ilimitado cuando de labios del Presidente de la nación, con una serenidad y justeza admirable se establece que la implementación de la sentencia 168-13, dada por el Tribunal Constitucional, “está firmemente arraigada en el compromiso de la República Dominicana de avanzar en el reconocimiento de los derechos y la seguridad jurídica de todas las personas que habitan en territorio dominicano”.
Congratulaciones Señor Presidente Medina Sánchez..!!
Sus palabras ante sus colegas en II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) nos obligan a reclinarnos reverentemente ante su figura y, sin caer en el plano de la pleitesía y la adulonería, manifestarle el orgullo patriótico que, sinceramente, sentimos, en el momento de su brillante intervención en tan importante cónclave internacional.
Felicitaciones, afectos y éxitos…!!