KAMPALA.- El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, firmó hoy una ley que castiga con cadena perpetua los actos homosexuales «con agravantes», norma que endurece la persecución de su Gobierno de una orientación sexual tipificada ya como delito.
La Ley Antihomosexualidad fue aprobada por el Parlamento el pasado mes de diciembre, pero el presidente decidió posponer su entrada en vigor hasta conocer los resultados de un estudio encargado a un grupo de catorce científicos.
El grupo concluyó que la homosexualidad «no es genética», sino una opción derivada de una conducta social «anormal».
Encargado tras las numerosas críticas recibidas por parte de la comunidad internacional, el grupo sostiene que «la homosexualidad no es una enfermedad, sino simplemente un comportamiento anormal que es aprendido a través de las experiencias de la vida».
En la firma de hoy, retransmitida por la televisión pública ugandesa, el presidente refrendó este informe y señaló que la homosexualidad es producto de la educación recibida, y por lo tanto un factor corregible.
También viene dada por motivos económicos, argumentó Musaveni, quien llamó a los homosexuales «mercenarios y prostitutas».
«Muchos de nuestros homosexuales son mercenarios. En realidad son heterosexuales y se convierten por dinero, son como las prostitutas», dijo.
Musaveni aseguró además que no está preocupado por la incidencia que tendrá esta nueva ley en las relaciones internacionales de Uganda.
«Las relaciones entre países deben basarse en la igualdad, no en el servilismo. Puedo aconsejar a nuestros amigos occidentales que no conviertan este tema en un problema, porque cuanto más lo hagan más perderán», afirmó.
La pasada semana, el presidente de EEUU, Barack Obama, advirtió de que la firma de esta ley sería un retroceso en la protección de los derechos humanos que complicaría la relación entre ambos países.
El borrador del proyecto, convertido hoy en ley, fue presentado en 2009 con penas tan severas como la condena a muerte por la comisión de actos de «homosexualidad con agravantes».
Este tipo de supuestos incluían la violación homosexual, las relaciones con menores de edad y discapacitados o cuando el acusado sea portador del VIH.
La revisión del texto sustituyó la pena de muerte por cadena perpetua.
La pasada semana, el presidente ugandés firmó otra ley contra la pornografía que, entre otros comportamientos «insidiosos», prohíbe y castiga el uso de la minifalda.
En la actualidad, muchos países africanos consideran ilegal la homosexualidad, y las autoridades, como en los casos de Uganda o Zimbabue, han hecho declaraciones en términos muy agresivos contra esos colectivos.