LA HABANA, CUBA.- El presidente de Cuba, Raúl Castro, cumplió hoy 83 años sin celebraciones públicas, a la espera de inversiones extranjeras para impulsar la deprimida economía del país y con retos pendientes en su plan de reformas como el anunciado proceso para la unificación monetaria.
El aniversario de Castro no tuvo eco en el ámbito público en Cuba, donde habitualmente los medios de comunicación (todos controlados por el Estado) guardan discreción en torno a la fecha.
En la red social Twitter, cientos de usuarios mencionaron este martes el cumpleaños del presidente cubano, aunque fueron pocos los recordatorios desde la isla, entre ellos uno del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos: «Hoy es está de cumpleaños nuestro presidente #RaúlCastro. Desde el #ICAP le decimos #FelicidadesRaúl».
Nacido el 3 de junio de 1931 en Birán (Holguín, este de Cuba), Raúl Castro llega a sus 83 años durante el segundo año de su último mandato presidencial (que debe concluir en 2018) e inmerso en un momento en que las reformas que impulsó tras asumir el poder en sustitución de su hermano Fidel se encuentran en una fase de mayor «complejidad».
A finales de junio entrará en vigor la nueva Ley de Inversión Extranjera aprobada en marzo y cuyo éxito será determinante para activar la economía de la isla, donde hay también muchas esperanzas puestas en el proyecto del Puerto del Mariel, la primera zona de desarrollo especial creada en Cuba.
Otro importante reto pendiente en los próximos meses será el desarrollo, en empresas y entidades, de la primera fase del proceso para eliminar la dualidad monetaria de la isla.
Se trata de uno de los ajustes más complejos de los emprendidos para «actualizar» el sistema socialista de Cuba, donde desde hace 20 años circulan dos monedas: el peso cubano (CUP), con el que la mayor parte de la población cobra sus salarios y paga productos y servicios básicos; y el peso convertible (CUC).
El escenario actual en el país caribeño también está marcado por cierta expectativa sobre la relación con EE.UU., sobre todo después de que en abril medio centenar de destacados políticos, empresarios, militares e intelectuales de ese país pidieran, en una carta al mandatario estadounidense, Barack Obama, otra política hacia Cuba.
Hace pocos días fue el presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU., Thomas Donohue, quien hizo un llamamiento similar durante una visita a Cuba, donde se reunió con Raúl Castro y donde abogó por un nuevo capítulo en las relaciones y por eliminar «barreras políticas de larga data» como el bloqueo.
Los dos países rompieron relaciones diplomáticas en 1961 y desde entonces mantienen un tenso diferendo recrudecido en los últimos años por el caso de cinco espías cubanos condenados en EE.UU. en 2001 (dos de ellos ya han cumplido sus penas y están en la isla) y del contratista estadounidense Alan Gross, preso en Cuba desde 2009.
Raúl Castro asumió provisionalmente las riendas del país en 2006 cuando su hermano Fidel renunció por enfermedad y delegó el poder.
En 2008 Raúl Castro fue ratificado formalmente como presidente e inició su plan de «actualización» económica con el que pretende sacar a la isla de la grave crisis que arrastra desde la caída del bloque soviético.
Entre esas reformas, sobresalen la limitación de los mandatos políticos, la nueva política migratoria, la apertura al trabajo privado y las cooperativas, la reducción de plantillas estatales, la entrega de tierras en usufructo y la eliminación de prohibiciones como la compraventa de casas y vehículos entre particulares.
En la arena internacional, Castro cumplió este año con éxito la celebración en La Habana de una Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y, aunque sus viajes al exterior son contados, se mantiene muy activo recibiendo a mandatarios y visitantes ilustres en la isla.
Tan solo en el último mes se reunió en la capital cubana con el presidente de Haití, Michel Martelly, y el de Bolivia, Evo Morales; los cancilleres de Rusia, Serguei Lavrov, de China, Wang Yi, y al gobernante saharaui, Mohamed Abdelaziz,
Mientras tanto, su hermano Fidel, que en agosto cumplirá 88 años, permanece retirado y alejado de la escena pública aunque este martes, tras dos meses de silencio, reapareció en la prensa cubana con un mensaje de condolencia por la muerte del reconocido entrenador cubano de voleibol Eugenio George.