Por Anibita José
Antes de escribir este artículo, el autor no solo hizo averiguaciones, sino que también advirtió en repetidas ocasiones a los perredeístas de los dos bandos, para persuadirlos del peligro en que incurren cuando se insultan públicamente, por el control de algo que no les pertenece a ningunos.
Pero parece que la avaricia por el control, ha desatado una guerra a muerte, la misma que los está conduciendo a una inminente derrota en las elecciones del 2016. Parte de estas indagaciones, se llevaron a cabo en la página social Facebook, mediante comentarios despectivos hacia este mal que afecta al PRD, obtuvimos respuestas ofensivas, de muchísimos resentidos. Encontramos la peor enfermedad que le puede caer a un partido político, la mediocridad de sus aspiraciones, la falta de grandeza y el conformismo.
Exactamente, como si estuvieran de acuerdo con Leonel Fernández, están actuando cegados por la confusión que creó Miguel Vargas, el que ha logrado acaparar la atención necesaria para que el PLD imponga y disponga del PRD a su antojo, haciendo que se persiga al presidente de la traición, dejando el camino libre para que Leonel y Danilo se enfrenten sin ser notados y preparen la nueva trampa que se avecina.
Lo peor es que, como yo, existen miles de personas a los que les importa el país y su futuro, los que gritan a los cuatro vientos, que para ganar aunque sea un alcalde pedáneo, el PRD, o lo que queda de él, debe enfrascarse en una lucha junto al pueblo, en contra del gobierno que apoya los corruptos y a Miguel y su traición.
De acuerdo a las nuevas sociedades, las manifestaciones multitudinarias están obsoletas, pertenecen al pasado, que solo el gobierno tiene liderazgo y recursos para reunir grandes masas.
Estas predicas son parte de la misma delincuente doctrina de Leonel, las que crean una especie de confusión, para minimizar cualquier manifestación de poder político, en contra de las dictaduras peledeístas.
Parece que los líderes perredeístas han contagiado a las bases con sus temores y mediocridades.
Mientras tanto, todos actúan como los haitianos, que en vez de resolver sus problemas sociales, optan por lo peor, cruzan la frontera en busca de más problemas y joderle la vida a sus vecinos que siempre los han ayudado. Miguel está a punto de lograr que sus mediocres aspiraciones sean una realidad y todos sabemos cuáles son.
Por otro lado, Luis Abinader alimenta las discordias, cuando de manos del ex presidente Mejía, permite que lo anuncien como segunda opción electoral, dejando que su equipo de campaña anuncie sus aspiraciones presidenciales.
Hipólito Mejía, cansado de bravuconear con el gobierno y Miguel, se calla la boca y no libera sus sentimientos revolucionarios, quizás porque los acontecimientos no son favorables para sacar la cara a favor del pueblo, o simplemente por el mismo temor que produce la mediocridad que circunda sus alrededores.
Y yo, sumido en la más profunda de las mediocridades, ya me cansé de gritar……
PARALICEMOS EL PAÍS, HAGAMOS OPOSICIÓN..!!