Joven dominicano murió en la cárcel Rikers Island de NY pidiendo ayuda y añorando ver su madre

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El joven dominicano Andy Henríquez, murió en la cárcel de Rikers Island, pidiendo ayuda a sus carceleros y añorando ver a su madre Sandra de la Cruz por última vez. A la derecha, el cadáver del recluso en el piso de su celda, el día de su muerte.
El joven dominicano Andy Henríquez, murió en la cárcel de Rikers Island, pidiendo ayuda a sus carceleros y añorando ver a su madre Sandra de la Cruz por última vez. A la derecha, el cadáver del recluso en el piso de su celda, el día de su muerte.

Por Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ Andy Henríquez, un joven dominicano de 19 años de edad, murió en la cárcel Rikers Island, situada en la isla del mismo nombre en Queens, pidiendo ayuda a sus carceleros y añorando ver a su madre por última vez.

Sandra de la Cruz, la mamá de la víctima, que reside en el Alto Manhattan y se desempeña como ayudante de salud en el hogar, denunció que oficiales de corrección de la cárcel estatal de Rikers Island, dejaron morir a su hijo Andy Henríquez, quien tenía 19 años de edad, a pesar de que gritó a través de las paredes de su celda de aislamiento para decir que se estaba muriendo y pidió auxilio.

La madre dijo que el joven rogó para los carceleros le buscaran un médico, mientras sus otros compañeros reclusos, gritaban y pateaban sus puertas para llamar la atención de los guardias de la prisión y conseguir ayuda.

La muerte de Henríquez, se produjo el 7 de abril del 2013, por un desgarre en la arteria aorta que suministra sangre al cuerpo y que también estaba afectando la ingle del recluso.

Después de sufrir dolores en el pecho durante varios días, por lo que apenas podía respirar, Henríquez, les pidió a los responsables de la cárcel que lo dejaran ver a su madre por última vez.

Un médico que fue a verlo ese día, le prescribió una crema para las manos, pero en la receta puso el nombre equivocado del medicamento.

Después, el dominicano fue encontrado muerto en el piso de su celda.

La madre, está demandando a la compañía Corizon, una empresa nacional que cubre la atención médica en las cárceles de la ciudad de Nueva York.

«Me sentí desesperada e impotente al no poder ayudar a mi hijo», narra la madre dominicana. «Ellos, nunca debieron dejarlo abandonado y por lo menos pudieron llevarlo al hospital. Si yo hubiera podido, lo habría hecho», agregó la señora de la Cruz.

La demanda de la madre dominicana, forma parte de más de dos docenas de reclamos legales contra la empresa Corison por negligencia en la atención médica a los presos en Nueva York y han sido sometidas a las cortes desde el 2012.

Esa compañía, recaudó $1.2 mil millones de dólares en ingresos, según un reporte de Moody, una empresa que monitorea el movimiento económico de las corporaciones en Estados Unidos y otros países del mundo.

En las ganancias de Corison, se incluyen decenas de millones que le pagó la ciudad de Nueva York.