RIO DE JANEIRO, BRASIL.- La presidenta de Brasil y candidata por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, lidera las elecciones celebradas ayer, con un 41,39 % de los votos, tras haberse escrutado un 97,98 % del total, según los últimos datos oficiales.
Los resultados del Tribunal Superior Electoral sitúan en segundo lugar al socialdemócrata Aécio Neves, que, con un 33,78 % de los sufragios válidos, se ha confirmado que disputará una segunda vuelta el 26 de octubre frente a la actual mandataria.
La ecologista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), quedó en tercer lugar, con 21,26 %.
Muy lejos de los tres principales candidatos, el boletín oficial sitúa en cuarto lugar a la izquierdista Luciana Genro, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), con un 1,56 %.
Con este porcentaje de escrutinio ya es matemáticamente imposible que Rousseff obtenga más de la mitad de los votos en la primera vuelta y sea reelegida sin necesidad de una segunda, o que Silva adelante a Neves como segundo más votado.
Los «indignados» que protestaron con virulencia en junio de 2013 en todo Brasil se volcaron en las elecciones de ayer con Silva, según analistas, pero el escaso peso de este sector fue insuficiente para llevar a la segunda vuelta a la ecologista, muy desgastada en la recta final de la campaña.
La candidata del PSB fue todo un fenómeno electoral y llegó a liderar los sondeos de intención de voto hace poco más de un mes, pero terminó hundida en el tercer lugar, con un 21,26 % de los sufragios, cifra similar al 19,33 % que recibió hace cuatro años, cuando fue candidata por el Partido Verde.
Según analistas, Silva aglutinó a la gran mayoría de los que participaron en las protestas por mejores servicios públicos que sacudieron a Brasil el año pasado, pero no tuvo calado en las favelas o en las regiones más pobres del país, fieles a Rousseff.
Su oposición a los casamientos entre personas del mismo sexo le restó apoyo entre los homosexuales y sectores más progresistas.