Haitianos se apoderan de rutas del concho

0
135
La más reciente ruta invadida es la que va desde Villa Mella hasta la Nicolás de Ovando, y desde la Nicolás de Ovando hasta la Universidad Tecnológica de Santiago y la avenida Independencia.
La más reciente ruta invadida es la que va desde Villa Mella hasta la Nicolás de Ovando, y desde la Nicolás de Ovando hasta la Universidad Tecnológica de Santiago y la avenida Independencia.

SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Centenares de conductores haitianos se han apoderado de gran parte de las rutas del transporte público de Santo Domingo, donde operan con vehículos destartalados, sin rótulos, sin placas ni seguros y sin afiliarse a un sindicato.

Decenas de choferes del “concho” que trabajan en 36 rutas urbanas e interurbanas del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, llamaron la atención de las autoridades para que corrijan la situación.

Se quejan de que sus similares haitianos los están dejando sin la comida de sus hijos, debido a que trabajan todos los días, no están afiliados a ningún gremio, no arreglan los vehículos y se meten en cualquier ruta donde haya pasajeros.

“Ya no hallamos qué hacer, no sólo con los choferes haitianos, sino también con los militares que tienen centenares de carros piratas en el transporte público, sin ninguna regulación”, expresó Baulio Guzmán (Pachulí), vicepresidente de la Unión Nacional de Transportistas y Afines (Unatrafin).

En iguales términos se expresó el transportista Francis Severino, secretario de quejas y conflictos del Sindicato de Transporte de Villa Faro y Mendoza (Sitravime), quien advirtió que las autoridades tendrán que intervenir para solucionar el problema.

Las quejas provienen también de conductores de distintas rutas de Santo Domingo Norte, Este y el Distrito Nacional, que no son directivos de ningún sindicato.

Rutas invadidas

Según los denunciantes los conductores haitianos han invadido todas las rutas interurbanas que se dirigen desde la provincia de Santo Domingo al Distrito Nacional.

Aseguran que los conductores haitianos operan en las rutas que van desde Los Mina hacia distintos lugares de Santo Domingo Este, especialmente las que van hacia el kilómetro nueve, Charles de Gaulle, Hainamosa, El Almirante, San Luis, Los Prados de San Luis, San Isidro y Guerra.

Antonio Estévez, chofer de la ruta que va desde el kilómetro 9 de la carretera Mella a San Isidro, asegura que los conductores haitianos trabajan todos los días, generalmente en las horas pico, y no están afiliados a ningún sindicato.

También operan en las rutas que van desde Villa Mella hacia La Victoria, Hacienda Estrella, Los Castillo, Guanuma, La Luisa Prieta, La Luisa Blanca, Don Juan y otras comunidades.

En tanto que desde Villa Mella trabajan en las rutas que van a Guarícanos, Sabana Perdida, Moisés, Charles de Gualle, kilómetro 9 y puente Juan Carlos.

La más reciente ruta invadida es la que va desde Villa Mella hasta la Nicolás de Ovando, y desde la Nicolás de Ovando hasta la Universidad Tecnológica de Santiago y la avenida Independencia.

Requisitos

El transportista Baulio Guzmán (Pachulí) se queja de que los conductores del concho del vecino país circulan por la ciudad en total ilegalidad debido a que no tienen licencias para conducir vehículos de motor, no pagan el seguro que la ley establece y operan con vehículos en muy malas condiciones.

“Mientras ellos andan como quiera y trabajan todos los días, los choferes dominicanos deben tener sus licencias al día, pagan un seguro de ley y mantienen los vehículos en condiciones aceptables para transportar pasajeros”, dijo Guzmán.

Aseguró que lo más raro del caso es que casi ningún vehículo manejado por los haitianos tiene la placa correspondiente, pero las autoridades de tránsito no los detienen ni les exigen que se legalicen.

“Están en todas partes y a cualquier hora, y hacen lo que nosotros no podemos hacer y Amet no dice ni hace nada”, dijo Pachulí.

Sugirió a las autoridades investigar por qué tantos haitianos tienen la misma licencia con los mismos datos personales, lo que da a entender que han falsificado una licencia legal para distribuirlas entre ellos y protegerse.

“Todos tienen el mismo nombre, el mismo número de licencia y los mismos datos personales y los únicos que no se han dado cuenta de esa situación son las autoridades”, dijo.

Pachulí añadió que nadie sabe dónde viven y en caso de accidente no hay a quién reclamarle porque no tienen documentos legales, ni seguro.

Francis Severino dijo que la gran cantidad de choferes haitianos se ha convertido en un serio problema en el transporte público.

“No es que no trabajen, pero que se legalicen, que saquen sus licencias y se metan en un sindicato en una ruta legal”, manifestó el joven sindicalista.

Dijo que mientras los choferes haitianos andan como chivos sin ley, los dominicanos tienen que trabajar en forma interdiaria, y los haitianos el día que les da la gana.

“Nosotros pagamos un sindicato, la rotulación de los vehículos, un seguro de ley y otros requisitos, y ellos no. Eso hay que resolverlo”, expresó.

Advirtió que el tránsito no puede seguir en medio del desorden y el caos por culpa de los choferes que trabajan ilegalmente.

Cómo llegan

Muchos de los conductores haitianos llegaron al territorio de la República Dominicana luego del terremoto del 12 de enero del 2010 que destruyó gran parte de Puerto Príncipe.

Otros arribaron a Santo Domingo para trabajar en la industria de la construcción, en el sector turístico, o en la recolección de café y productos agrícolas en los campos dominicanos.

Luego de reunir algún capital, los inmigrantes del vecino país decidieron adquirir un automóvil para trabajar en el transporte interurbano, especialmente en las zonas habitadas por gente de color como Villa Mella, Mendoza, San Luis y otros lugares.

Poco a poco fueron extendiendo las rutas hacia destinos más rentables como Guarícanos, el kilómetro 9 de la Mella, Los Mina, Charles de Gaulle y San Isidro.

El éxito de muchos conductores haitianos atrajo a otros compatriotas que también adquirieron vehículos para conchar.

Los vehículos usados por los haitianos son generalmente de bajo costo, casi siempre Toyota Corolla, Toyota Tercel y Honda.

Muchos están en buen estado, pero loa mayoría son verdaderas chatarras, sin luces, con faroles y cristales rotos, sin pintar y con puertas y tapas del baúl y del motor de distintos colores.

¿Será resuelto el problema? Nadie lo sabe.