Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Numerosos veteranos de la guerra en Irak, algunos de los cuales quedaron mutilados o visibles lesiones, están reclamando la compensación que les ofreció el gobierno dominicano, encabezado entonces por el presidente Hipólito Mejía, quien accedió a enviar 300 soldados del Ejército Nacional, para responder un pedido de su homólogo George W. Bush.
Los veteranos dominicanos, aparecieron esta semana en un reportaje del periódico The Miam Herald, pero de diez de ellos, sólo el ex teniente Wilkin Cuello González dio la cara, relatando la odisea de los militares dominicanos en el convulso país del Medio Oriente.
El, está en silla de ruedas y cuenta que casi se electrocutó, cuando reparaba una cablería eléctrica a su regreso de Irak..
Después de su lesión, se enroló en un equipo de basquetbol para minusválidos, estudia los sábados y domingos en una escuela de la capital para educación continuada de adultos y aspira a graduarse de maestro, porque su vocación, es la de enseñar.
González, recuerda que era el 11 de febrero del 2004, cuando viajaba en un autobús desde Kuwait al poblado de Diwaniya, al Sur de Bagdad, junto a los demás soldados dominicanos.
Hacía frío y llegaron por la noche a la remota zona. El y los demás guardias dominicanos, tiritaban porque no estaban acostumbradas a bajas temperaturas y la mayoría nunca había salido de la República Dominicana.
El envío de esos soldados por parte del gobierno de Mejía, fue parte de un acuerdo con los Estados Unidos y en el que figuraron otros países pequeños de Centro y Suramérica.
Ese, fue el primer «batallón» del ejército dominicano y el segundo, también estuvo integrado por otros 300 militares.
Algunos, añade González, se ofrecieron como voluntarios.
El Herald dijo que la mayoría de los veteranos dominicanos, experimentan síntomas propios de las guerras, como trastornos psiquiátricos, estrés post traumáticos, insomnio y otros, pero pocos, admiten que sufren esos males después de haber participado en la guerra, por temor a ser cancelados de empleos en los que laboran actualmente.
«Aquí, en este país, no existen servicios para veteranos», dijo González, de 34 años de edad. «Eso sólo ve en Estados Unidos y otros países grandes, donde los veteranos tienen su hospital y la gente, se para y los saluda con respeto y gratitud, teniendo un trato preferencial, cuando viajan, pero aquí, no tenemos nada de eso», explicó el veterano dominicano.
«Fui a Irak con ilusiones», narra González, intentando controlar las lágrimas. «Quería tener una vida mejor, una casa más grande y un carro», añadió, recordando que esas fueron parte de las promesas del gobierno dominicano para motivar a los 600 soldados a ir a la guerra.
«Me dejé seducir por las promesas hechas por los superiores, de que íbamos a recibir compensación a nuestro regreso», expresó.
El veterano afirma que entre esas promesas, estaban las de construirles nuevas viviendas, pero sólo se quedaron con sus sueldos regulares, mientras estaban en Irak, sin recibir ninguna bonificación al regreso a la República Dominicana.
El Herald, dice que nueve de los diez veteranos dominicanos entrevistados, ofrecieron versiones similares a la de González, sobre las promesas incumplidas.
La cantidad de dinero que les prometieron variaría según el rango, pero el promedio sería de $400 dólares cada dos semanas que estuvieran en la guerra.
González, dijo que a diferencia de los ejércitos de Estados Unidos y otras potencias, que firman contratos de trabajo con sus soldados, en la República Dominicana, eso no se usa.
«Aquí, sólo hay que hacer lo que el superior ordena y ya», dijo otro de los veteranos de los que declinaron identificarse.
«No sabemos, porque ellos (los superiores), tuvieron la necesidad de hacernos falsas promesas», agregó.
Cuando los soldados dominicanos fueron enviados al frente de batalla, el Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, era el general José Miguel Soto Jiménez, ahora presidente del partido V República.
Dos años después de regresar al país caribeño desde Irak, algunos veteranos recibieron entre $500 a $1.200 dólares una sola vez, según constató el diario de Miami en los registros de la Armada Dominicana, pero detalles de documentos sobre el despliegue de las tropas, fueron negados por ese ministerio.
La jefatura, tampoco quiso hablar del tema con reporteros del Herald, que solicitaron entrevistas.
«Es malo jugar con la dignidad de un hombre y el gobierno dominicano jugó con la dignidad de los 600 soldados enviados a Irak», señaló González.
«Tenemos que permanecer tranquilos y no protestar y esto, me ha hecho pensar que las instituciones militares de nuestro país, son como una dictadura», expresó González, que vive en un estrecho cuarto de una casa alquilada en Santo Domingo.