A las Arandelas: Un aguinaldo criollo con mucha sonoridad y que reportó pocos beneficios económicos a su autor

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El Maestro Julio Alberto Hernández al momento de ofrecer sus declaraciones sobre el tema A las Arandelas
El Maestro Julio Alberto Hernández al momento de ofrecer sus declaraciones sobre el tema A las Arandelas

Por Juan Cruz Triffolio

Sociólogo – Comunicador
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No del todo satisfecho con los exiguos beneficios económicos recibidos por el hoy clásico tema de la navidad dominicana, conocido bajo el título de “A las Arandelas”, el maestro Julio Alberto Hernández Camejo nunca ocultó la felicidad que sentía por la proyección nacional e internacional lograda por su composición al ser interpretada, grabada y difundida por renombrados grupos y orquestas de diferentes latitudes del mundo.

Como testimonio de tal aseveración da cuenta, a finales del 1977, el acucioso y expresivo cronista artístico, Frank Natera, en un reporte periodístico publicado en la desaparecida y prestigiosa Revista ¡Ahora!, fruto de la una interesante entrevista telefónica y que calzara bajo el encabezado: «Aguinaldo a la Sarandela ha proporcionado felicidad a su autor Julio Alberto Hernández».

Para entonces, el prolifero compositor y músico dominicano, recordaba que se habían hecho diversas versiones de aludido tema navideños pero que, a decir verdad, no sentía una inclinación especial por ninguna pues «todas representaban para él la satisfacción de un hijo que sobresale y se distingue».

Julio Alberto Hernández Camejo recordaba que "este tema nació en diciembre de 1917" y que tuvo como motivo fundamental "la celebración de las fiestas pascuales en Club Santiago, de Santiago de los Caballeros".
Julio Alberto Hernández Camejo recordaba que «este tema nació en diciembre de 1917» y que tuvo como motivo fundamental «la celebración de las fiestas pascuales en Club Santiago, de Santiago de los Caballeros».

Sobre el origen del aguinaldo en referencia, el maestro Julio Alberto Hernández Camejo recordaba que «este tema nació en diciembre de 1917» y que tuvo como motivo fundamental «la celebración de las fiestas pascuales en Club Santiago, de Santiago de los Caballeros».

De igual manera, resaltó que «el colorido de las Arandelas en los trajes de las bailadoras le simbolizaba la alegría de la época y en verdad fue ese un factor importante para que naciera el tema con aire navideño».

Dijo que aprovechó ese motivo para materializar la idea que siempre acariciaba de producir un tema de corte navideño que identificara a los dominicanos.

En aquella ocasión, el maestro Hernández resaltaba que si otros países tenían canciones y villancicos, «era justo que también nosotros, tuviéramos algo».

En torno a la música que sirve de sustentación «A las Arandelas» subrayó que » el aguinaldo está basado en el folklor popular dominicano, como una forma de proyectar nuestros aires musicales».

A los 67 años de haber procreado la legendaria y contagiosa pieza navideña el laureado pianista y exquisito compositor, hijo distinguido de Santiago de los Caballeros, amargamente refería no haber recibido beneficios económicos «ni en los primeros días de haber surgido ni mucho menos en la actualidad».

Recordaba que son incontables las orquestas que ha llevado el tema «A las Arandelas» al acetato, «llegando algunos músico a registrarlo como del dominio público a fin de no pagar los derechos de autor correspondientes».

También exponía su inconformidad al conocer cómo algunas casas disqueras habían registrado musicalmente su composición navideña.

No obstante lo anterior, a manera de reconocimiento, resaltaba positivamente, la versión que de su tema hizo, en aquel momento, el sobresaliente organista ecuatoriano, Eduardo Zurita, quien teniendo como base «A las Arandelas» produjo un contagioso, original y bailable popurrí.

El maestro Julio Alberto Hernández Camejo, falleció a los 99 años de edad, el 2 de abril de 1999, en la capital dominicana, y al igual que don Pacho García, es valorado, dentro como fuera de su tierra natal, como uno de los grandes cultores y difusores de los diversos ritmos de nuestro folclore, dejando impreso en su obra el sello de su talento, dedicación y versatilidad.