Duele Ver a Mi Pueblo…

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Vista del amanecer en el Salcedo que sueño.
Vista del amanecer en el Salcedo que sueño.

Por Pedro Camilo*

Duele ver a mi pueblo convertido en un campo de batalla, con policías parapetados en las esquinas, con voces de mando que se elevan por encima del tableteo de las ametralladoras, y con policías que corren en una bocacalle mientras disparan sus armas automáticas.

Duele ver ese retazo de vídeo en el que la realidad sobrepasa a cualquier ficción de violencia que se proyectara en aquel cine Ritz del Salcedo romántico, donde nunca vi una película que mostrara la dolorosa inmediatez de un policía dominicano tirado en una acera de mi pueblo, con la cabeza destrozada por una bala, quizá disparada por un francotirador agazapado no se sabe dónde.

Sobre todo, duele saber que estas manifestaciones de violencia se presentan dentro de una protesta contra la corrupción política, la que apaña otra violencia, que es esa iniquidad social que surgió desde que Colón pisó estas tierras; una iniquidad producto del despotismo, ilustrado o no, entendido este como la práctica del poder que ejerce un dominio que no está sujeto a ninguna limitación institucional; en fin, una iniquidad que nace ya que un 1% de la población dominicana ha acaparado toda la riqueza que le falta al 99% de esa misma población, lo que provoca una deuda social que se ha ido acumulando, y que por no ser satisfecha socava la salud, la educación y la producción agrícola del pueblo dominicano.

En definitiva, duele ver a mi pueblo convertido en un campo de guerra, porque esto significa que ha fracasado el animal político que se apoya en el animal racional, y ahora está triunfando el animal irracional con su siembra de dolor y muerte.

* El autor es médico, poeta y escritor.