Por Juan Cruz Triffolio
NEW YORK (EE.UU.).- El reverendo y senador estatal del condado de El Bronx, Rubén Díaz, lamenta que el alcalde Bill De Blasio hiciera presencia en el Alto Manhattan, espacio donde reside la mayoría de los integrantes de la laboriosa comunidad dominicana, para criticar y llamar a un boicot turístico contra la República Dominicana por la situación que supuestamente existe a consecuencia de la aplicación del Plan de Regularización de Extranjería.
Resalta el funcionario estatal que «con esa acción el alcalde de la ciudad de New York le ha dado una bofetada y ha faltado el respeto a los dominicanos dignos, honrados y esforzados que habitan en La Gran Manzana».
«Soy de opinión que la situación dominicana es muy complicada y muy sensitiva. No obstante, yo nunca he oído ni he visto al alcalde de New York, Bill De Blasio, irse al frente de la Casa Blanca a criticar al presidente de la nación, Barack Obama, por los miles y miles de inmigrantes que el mandatario estadounidense ha deportado, dejando miles de familias, hijos y esposas desamparados», apunta en una nota el reverendo y senador estatal, Rubén Díaz.
Destaca el popular legislador demócrata de El Bronx que «nunca, en la historia de esta nación, se había deportado más personas que bajo esta administración estatal, que encabeza Obama».
Agrega que mientras lo anterior ocurre, «el alcalde Bill De Blasio y varios de sus aliados, se han dedicado a criticar a la República Dominicana y a la administración del presidente Danilo Medina, guardando silencio ante millares de deportaciones que, mensualmente, se producen en el territorio norteamericano».
«Es pura hipocresía censurar a la República Dominicana por sus repatriaciones y no criticar al presidente de los Estados Unidos por las deportaciones que aquí se hacen», expresa de manera precisa el senador Díaz, quien es oriundo de Bayamón, Puerto Rico.
Subraya que «las repatriaciones no son agradables ni aquí ni allá, pero es una falta de respeto del alcalde Bill De Blasio pedir un boicot turístico contra la República Dominicana, tratando de destruir su economía y hundir a ese noble país caribeño en la miseria más espantosa».